Lectura: Isaías 6:1-8

En la televisión y ahora en la internet, existen muchos programas de talentos ya sea de canto, baile, trucos, conocimiento, supervivencia, entre muchos otros.  Millones de personas esperan ansiosamente quién será el próximo eliminado, cuál será la equivocación que le cueste el premio deseado, quién ganará y quién perderá.

Dicen que es el nuevo concepto de entretenimiento, pero en realidad no se trata de ninguna nueva idea, ya que este tipo de programas han existido en la televisión desde hace muchos años, y lo que buscan es satisfacer los sueños de fama, reconocimiento y ambición que la mayoría de nosotros tiene.

Y si vas más atrás en la historia, te encontrarás con la tentación de la serpiente y la promesa realizada: “Entonces la serpiente dijo a la mujer: Ciertamente no morirán.  Es que Dios sabe que el día que coman de él, los ojos les serán abiertos, y serán como Dios, conociendo el bien y el mal.  Entonces la mujer vio que el árbol era bueno para comer, que era atractivo a la vista y que era árbol codiciable para alcanzar sabiduría. Tomó, pues, de su fruto y comió. Y también dio a su marido que estaba con ella, y él comió.” (Génesis 3:4-6).  Así las cosas, este método no es ninguna novedad, el enemigo sabe muy bien cuáles son las debilidades de los seres humanos.

Aunque no se trata de juzgar a las personas que participan en estas competencias, lo que sí necesitas comprender es que la búsqueda desesperada de este tipo de “sueños”, no debe convertirse en el objetivo principal de tu vida.

La búsqueda que sí debe ocuparte es: hacer la voluntad de Dios, tal como lo evidenció Isaías al responder al llamado de Dios: “¿A quién enviaré? ¿Y quién irá por nosotros? Y yo respondí: Heme aquí, envíame a mí” (Isaías 6:8).

Dios no está buscando a los más talentosos, los más inteligentes o a los más calificados, más bien lo que busca son corazones que quieran conocerle y que estén prestos a servirle, sin importar el lugar o posición que ocupen en esta tierra (Mateo 6:19-20).

  1. ¿Estás dispuesto a ser usado por Dios?  Prepárate para vivir la aventura más extraordinaria que puedas tener.
  2. Tu vida es un regalo de Dios para ti, entonces has de ella tu regalo para Dios.

HG/MD

“Después oí la voz del Señor, que decía: ¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros? Entonces respondí yo: Heme aquí, envíame a mí.” (Isaías 6:8).