Lectura: Salmos 112:1-10

Una persona que conozco, está luchando por resolver graves problemas en medio de muchas dudas que llenan su corazón.  Aunque cree que Dios es bueno, una gran parte de lo que le está pasando parece estar contradiciendo esa creencia.  Cuestiona si hacer el bien vale de algo, cuando ve a otras personas que hacen el mal y aún así avanzan en la vida.  Aunque sabe que seguir la voluntad de Dios es lo correcto, ahora está siguiendo el buen camino más por un sentido de obligación que por deleite.

También, otra persona que conozco, está tratando de tomar las cosas de Dios en serio, pero al mismo tiempo está luchando con pecados que la atormentan.  Hace poco me enteré que perdió gran parte del dinero que había ganado gracias a su esfuerzo y buen resultado en los negocios, jugando juegos de azar en un casino.

Cualquiera que cuestione el valor de andar con Dios, le preguntaría lo siguiente: “Decirles no a las decisiones egoístas y si a los mandamientos de Dios, puede que no sea el más fácil de los caminos; sin embargo, es la ÚNICA forma de experimentar el gozo verdadero y duradero.”

En nuestra lectura devocional, el salmista declara que la persona que respeta a Dios y quiere agradarle, disfrutará de su favor (Salmos 112:1).  Esto no garantiza que tengamos una vida libre de problemas, pero sí nos asegura que podemos tener paz incluso en los tiempos difíciles (Salmos 112:6-8).

  1. Podemos deleitarnos en saber que Dios nos cuida, aun cuando las cosas no parezcan difíciles.
  2. El costo de la obediencia es nada comparado con el costo de la desobediencia.

HG/MD

“¡Aleluya! Bienaventurado el hombre que teme al Señor y en sus mandamientos se deleita en gran manera!” (Salmos 112:1).