Lectura: Juan 12:20-26

Muchos enseñan hoy día que si uno es fiel al Señor, cosechará salud, riquezas y honor. Esto no es necesariamente cierto, pues en la mayoría de los casos, somos testigos de que muchos creyentes sinceros se enferman, tienen problemas económicos, son víctimas de injusticias y en algunos lugares del mundo sufren persecución. No obstante, adoran al Señor con gratitud, le sirven lo mejor que pueden, y conservan el gozo. Eso lo pueden hacer porque creen en la ley de la cruz, la cual leímos en la lectura bíblica para este día, la cual dice: que si mueren al yo, producirán una cosecha espiritual que durará para siempre.

Leí acerca de un hombre que lleva a cabo un programa para niños en un barrio pobre. Emplea personas que enseñen a hacer manualidades y otras habilidades útiles, así mismo les enseña historias bíblicas. Además opera una escuela de día completo, llena de actividades, durante los meses de vacaciones de verano escolares, y si no fuera poco, abre domingo a domingo las puertas de una iglesia, que él mismo limpia. ¡Cientos de personas se benefician de su trabajo, pero sólo un promedio de 8 personas asisten a la iglesia! Sin embargo, él sigue, porque está motivado por su amor a Dios y por la ley de la cruz, que dice que por si uno muere al yo y sirve a otros, cosechará frutos para la eternidad.

El principio que Jesús enseñó en Juan 12:24 acerca del grano de trigo que muere antes de que pueda producir fruto quedó expresado plenamente en Su muerte y resurrección.

1. Nosotros también necesitamos vivir cada día por esa ley de la cruz. Piensa en una forma en esta semana, en la cual mostrarás el amor de Jesús por otros.

2. Una semilla enterrada produce fruto; una vida abnegada recoge una cosecha eterna.

NPD/HVL

Este es el segundo devocional más leído del 2015.