Lectura: Apocalipsis 5:1-10

En un grupo de estudio de la Biblia, estábamos examinando los primeros cinco capítulos del libro de Apocalipsis.  Estos pasajes contienen temas muy interesantes, como los cuatro seres vivientes, o los veinticuatro ancianos que entonaron un cántico nuevo, cuando escucharon que el Cordero era digno de abrir el rollo de los siete sellos (Apocalipsis 5:9-10).

Una de las personas en el grupo consultó: ¿Cuál es el significado de los objetos que tienen en las manos? ¿Por qué arpas y copas de oro? (Apocalipsis 5:8).

Estudiamos que, en el Antiguo Testamento, el arpa había sido un instrumento de adoración.  Era normal que los coros de sacerdotes y el pueblo de Israel, cantaran salmos con el acompañamiento de un arpa.  Por otra parte, las copas de oro, eran como platillos llenos de incienso, que subía como un olor agradable a Dios.  El aroma producido por el incienso al quemarse, representa a la oración, que sube hasta el trono de Dios.

De esta forma, tanto los cánticos, como las oraciones, deben formar parte integral de la adoración de los creyentes, tanto de forma pública como privada.  Así que, no importa si tienes una bonita voz o si por el contrario tienes una voz estridente, ambas melodías llegarán como olor fragrante delante de Dios, ya que, a través de estas palabras de alabanza y agradecimiento, reconocemos la grandeza de nuestro gran y poderoso Dios.

  1. Cada vez que tengas un tiempo con Dios, no olvides adorarle con las dulces y alegres palabras que también pueden ir acompañadas por las notas de una hermosa melodía.
  2. Un corazón lleno de alegría por la adoración, empieza con los ingredientes que encontramos en un cántico y una oración.

HG/MD

“¡El Señor reina, tiemblan los pueblos! Él tiene su trono entre los querubines; la tierra se estremece.” (Salmos 99:1).