Lectura: Lucas 10:38-42

Marta estaba muy estresada y atareada tratando de atender de la mejor forma a Jesús, mientras que su hermana María, se encontraba muy tranquila sentada escuchando las dulces palabras de su Señor.  Charles H. Spurgeon (1834-1892), no creía que el error de Marta fuera su afanado servicio, sino permitir que eso la distrajera tanto como para que dejara de escuchar a Jesús.

En cierto sentido, Spurgeon decía que debíamos ser un poco como Marta y María al mismo tiempo.  Él lo describió de la siguiente forma: “Debemos servir mucho y a la vez tener mucha comunión.  Para esto necesitamos mucha gracia.  Es más fácil servir que tener comunión”.

Una joven madre trataba de llevar con gracia ambas tareas que en apariencia no son posibles.  Ella tenía un deseo genuino de profundizar su relación con Dios, pero al mismo tiempo sabía que tenía que ocuparse de su ajetreada vida familiar con su esposo y dos niños pequeños.

Es por ello que ideó colocar en cada habitación un papel y un lápiz a una altura que fuera inalcanzable para las traviesas manitas de sus dos niños; cada vez que entraba a alguna de las habitaciones para realizar su trabajo como madre y ama de casa, separaba también algunos segundos para escribir una oración, anotar una idea sobre la lectura bíblica que había hecho en la mañana, o sobre alguna actitud que debía corregir o mejorar.

Al terminar el día recogía todos los papelitos, los compartía con su esposo y terminaba orando por los motivos que había escrito en ellos.

  1. Debemos hallar formas creativas para servir y tener comunión con Dios.
  2. Una vida equilibrada incluye siempre al Señor en ella. No caigas en el activismo simplemente para que otros te vean, tu servicio debe ser suficiente como para no descuidar las otras áreas de tu vida.
  3. La creatividad es uno de los mejores regalos de Dios. Sé creativo en tu relación con Dios, busca nuevas maneras de llevar el mensaje de salvación, y separa tiempo para seguir aprendiendo del Maestro; este debe ser uno de nuestros regalos para Él.

HG/MD

«Porque el Hijo del Hombre tampoco vino para ser servido sino para servir y para dar su vida en rescate por muchos» (Marcos 10:45)

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