Lectura: Salmos 138:1-8

En su momento, muchos lo consideraron como el mejor arquero del mundo, nos referimos al holandés Edwin van der Sar, portero titular del equipo de fútbol Manchester United.  Durante su temporada más brillante, mantuvo el marco en 0 por unos increíbles 1.302 minutos.  Esto implica que, mantuvo su marco imbatible durante casi 15 encuentros de 90 minutos cada uno; mientras él cuidaba los postes y el travesaño, nadie pudo anotar ni siquiera un gol contra ese equipo y la afición se sentía confiada al verle bajo el arco de su equipo. Pero, todo terminó cuando en marzo de 2009, sus manos seguras fueron batidas por un equipo adversario que le anotó un gol; hasta allí llegó su récord.

El salmista David hallaba consuelo en el par de manos más seguro que existe: las de Dios. En el Salmo 138, nos habla de la protección del Señor, escribió: “extenderás tu mano y me salvará tu diestra” (v. 7).  Así como David, nosotros también podemos acudir a las manos seguras de Dios para protegernos del peligro y de la derrota espiritual.

Otro pasaje de las Escrituras en el cual podemos hallar seguridad en Cristo, es Judas 1:24-25: “Y a aquel que es poderoso para guardarlos sin caída y para presentarlos irreprensibles delante de su gloria con grande alegría; al único Dios, nuestro Salvador por medio de Jesucristo nuestro Señor, sea la gloria, la majestad, el dominio y la autoridad desde antes de todos los siglos, ahora y por todos los siglos. Amén”.  Pero no te equivoques, esto no significa que estamos exentos de tropezar, sino que nunca lo haremos de tal manera que el Señor no nos pueda levantar.

  1. Puedes estar seguro de que las manos seguras de Dios nunca te fallarán.
  2. No hay nada más seguro que estar en Sus manos.

HG/MD

“Aunque yo camine en medio de la angustia, tú me preservarás la vida. Contra la ira de mis enemigos extenderás tu mano y me salvará tu diestra” (Salmos 138:7).