Lectura: Deuteronomio 6:4-9
Nuestra familia estaba emocionada de visitar la exhibición de los Manuscritos del Mar Muerto que venía a la ciudad desde el lejano Israel. Estas antiguas copias del Antiguo Testamento brindan evidencia de que nuestra Biblia se ha mantenido exacta a lo largo de los siglos. Nuestro sobrino, Daniel, estaba tan eufórico con esta salida que les dijo a sus compañeros de clase, «¡Nuestra familia va a ver ‘los panes fritos del Mar Muerto¡’» Todos nos reímos cuando escuchamos su cita incorrecta. Sus oiditos habían convertido un término que nunca antes había escuchado (manuscritos) en otro que sí conocía (panes fritos). Y en su entusiasmo infantil, ¡también sabía que la familia iba a ver algo maravilloso!
La emoción de Daniel subraya un aspecto espiritual importante de la crianza. A nuestros hijos les transmitimos valores no sólo por lo que decimos sino por las emociones que expresamos. A los niños se les puede comunicar un aprecio tanto satisfactorio como sincero por la Palabra de Dios de varias maneras (Deuteronomio 6:4-9), incluyendo lo que escuchen en nuestras conversaciones con los demás.
Puede que los niños pequeños no entiendan inicialmente cada idea espiritual que tratamos, pero pueden captar la importancia que le damos. Los niños le sacan el jugo a los valores espirituales y crecen en su entendimiento cuando expresamos reverencia y emoción acerca de la Palabra de Dios.
1. ¿Sientes emoción a la hora de compartir lo que sabes de Dios?
2. Si no es así, medita por que has perdido emoción o alegría con que compartíamos la Palabra de Dios en algún momento. ¿Qué te llevó a esa situación? ¿Qué ha cambiado en ti para que no sientas lo mismo? ¿Estás creciendo diariamente en tu relación con Dios? ¿Leíste hoy la Biblia? ¿Has orado? ¿Le has compartido a alguien tu fe, en este último año?
NPD/HDF