Lectura: Salmos 15:1-5

En la Universidad de Santa Clara, California, un investigador llevó a cabo un estudio en 1500 empresas que revelaron lo que los trabajadores consideran que más importante en un jefe. Los empleados dijeron que respetaban a un líder que mostraba: competencia, que tenía la capacidad de inspirar a los trabajadores, y que era hábil en lo que se refiere a la dirección  de la empresa.

Pero había una cuarta cualidad que admiraban aún más que cualquier otra: la integridad. Por encima de todo, los trabajadores querían un gerente cuya palabra fuera buena, que fuera conocido por su honestidad, y que fuera una persona en la cual podían confiar.

Aunque este hallazgo tiene un significado especial para los administradores de empresas con bases cristianas, también dice algo a todo el aquel que invoca el nombre de Cristo. La integridad debe caracterizar a todos los creyentes, sin importar su posición. De acuerdo con el Salmo 15, la verdad está en el corazón de cada gesto y palabra de una persona piadosa. Dado que el Dios de la Biblia siempre cumple Su palabra, se deduce que una persona piadosa será conocida como una que hace, lo que dice que hará.

Todos tenemos que tener más cuidado con nuestra integridad.  ¿Los que nos rodean pueden ver nuestra honestidad?  El Señor se complace cuando nos observa cumplir lo que dijimos que íbamos a hacer, aunque nos duela (Sal 15:4).

1. ¿Tu palabra es tan buena como el oro? ¿O es tan blanda como la gelatina?

2. Siempre tenemos la oportunidad de ser íntegros cuando nadie nos ve.

NPD/MDH