Lectura: Salmos 55:1-7,22

Existen incontables productos que están “diseñados” para facilitarte la vida cuando tienes alguna tensión, su promesa es “Usa nuestro producto “XYZ” y tus problemas o dolores desaparecerán, llame ya”. 

Y la razón para ello es que esta vida es no es fácil, por esta razón, muchos aparte de comprar alguno de esos “aparatos mágicos” para desaparecer la tensión, se refugian en el alcohol, culpan a Dios, comen sin detenerse o culpan a otros.

Estas “soluciones” pueden calmar por un momento, pero todas ellas son temporales, tratan de ayudar a escapar de la realidad, sin embargo, al fin de cuentas ningún producto o medio de escape es eficiente.

Y no creas que este es un problema exclusivo de nuestro tiempo, en el Salmo 55, el rey David también describió vívidamente su deseo de escapar de las dificultades: “Mi corazón se estremece dentro de mí; terrores de muerte me han caído encima… ¡Quién me diese alas como de paloma! Volaría y hallaría reposo”.  Al escribir este Salmo, David estaba pasando por uno de los momentos más tristes de su vida, su amigo Ajitofel lo había traicionado y ahora estaba ayudando a su enemigo, y esta era la razón por la cual David quería escapar de todo (vv. 12-13; 2 Samuel 15).  En medio del dolor, él clama a Dios, diciéndole: “No obstante, yo clamaré a Dios, y el Señor me salvará.” (v16)

Así que, cuando pases por este tipo de situaciones lo que debes hacer es clamar a Dios y desahogar ante Él todo tu dolor, preguntas, ira, dudas, en fin, cualquier dificultad que te aqueje, Él siempre está dispuesto a prestar su oído a todo aquel que busca Su presencia, y con el tiempo te traerá la paz que buscas y podrás descansar en Su amor.

  1. Cuando depositas en Dios tus más profundas necesidades, Él te suple de su paz que sobrepasa todo entendimiento (Filipenses 4:7).
  2. ¡Llama ya!: ora a Dios, Él siempre oirá.

HG/MD

“Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará sus corazones y sus mentes en Cristo Jesús” (Filipenses 4:7).