Lectura: Salmo 146:1-10
Inclinar demasiado la cabeza para ver la pantalla del celular puede ser muy dañino porque aumenta la presión sobre el cuello, pudiendo causar el “síndrome del cuello roto”, dolor crónico, debilidad muscular, mala postura y otros problemas a largo plazo. Cada grado de inclinación aumenta significativamente el peso que la columna debe soportar, pudiendo llegar a equivaler 27 kg, unas 60 libras, en posturas extremas.
El salmista estaba muy consciente del peso de la preocupación en la vida de las personas, pero también veía esperanza en medio de toda esa situación. Por eso, escribió esto para las personas cuya “… esperanza está puesta en el Señor su Dios, quien hizo los cielos, la tierra, el mar y todo lo que en ellos hay; quien guarda la verdad para siempre; quien hace justicia a los oprimidos y da pan a los hambrientos. El Señor suelta a los prisioneros; el Señor abre los ojos a los ciegos; el Señor levanta a los que han sido doblegados; el Señor ama a los justos” (Salmo 146:5-8).
Cuando consideramos el cuidado de Dios, su gran poder y su corazón amoroso, empezamos a mirar hacia arriba y alabarlo. Podemos vivir cada día sabiendo que: “El Señor reinará para siempre… de generación en generación” (Salmo 146:10).
- Podemos estar seguros de que el Señor está con nosotros en todo momento. ¡Alabado sea nuestro Dios!
- Levanta tu mirada al cielo y alaba al Señor con todo tu corazón.
HG/MD
“El Señor es mi fuerza y mi escudo; en él esperó mi corazón. Fui ayudado, y se gozó mi corazón; con mi canción le alabaré.” (Salmos 28:7).





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