Lectura: Salmos 40:1-17

El Salmo 40 nos presenta una situación difícil de sobrellevar.    Hace referencia a un momento en el que David se vio obligado a esperar.  No obstante, al mirar hacia atrás, con una nueva canción en su corazón, él vio que la espera había valido la pena.  Entonces por implicación, cuando estemos en medio de una situación confusa en nuestra vida, tenemos que esperar pacientemente en el Señor (Salmos 40:1).

Al leerlo en la Biblia pareciera ser fácil de aplicar, sin embargo, cuando lo llevamos a la vida diaria se convierte en todo un desafío.  La paciencia es difícil de aplicar para nosotros que estamos acostumbrados a la vida en la vía rápida, o al metro, o las lavadoras automáticas, o a conseguir comida rápida, en una ventanilla o a que sea servida en menos de 5 minutos o será gratis.

Cocinamos la cena en el microondas e ingerimos los remedios médicos que nos ofrecen “un alivio rápido, muy rápido.”  Nos irritamos al no ver en la bandeja de entrada, el email urgente que nos enviaron hace menos de un minuto.  O cuando no responden el mensaje enviado.

Para todos es una realidad que las personas con las que convivimos, trabajamos, jugamos, y que amamos, pueden llegar a ser obstinadas, frustrantes, egoístas y en algunos casos hasta insultantes.   En estos casos es difícil ser paciente con ellos, y es aún más difícil esperar en el Señor.

Autor de himnos Phillips Brooks (1835-1893) admitió: “La tarea más difícil en mi vida es sentarme y esperar a que Dios se ponga al día conmigo.”  Sin embargo, la paciencia es parte de la estrategia de Dios para con nosotros, ya que nos ayuda a alcanzar un mayor grado de madurez como creyentes.  Esta es una habilidad perdida que todos debemos cultivar.

Si no tienes alegría en tu vida, debido a que estás siempre en apuros, reduce la velocidad.  Dios te dará una nueva canción, pero primero debes esperar pacientemente en Él (Salmos 40:1-3).

  1. No tengas tanta prisa, ten fe en Dios y espera, aunque parezca que Él no está respondiendo suficientemente rápido de acuerdo con tu parecer, Él nunca llegará tarde.
  2. ¡La paciencia es una virtud, que conlleva muchas dosis de espera!

HG/MD

“Pacientemente esperé al Señor, y él se inclinó a mí y oyó mi clamor.” (Salmos 40:1)