Lectura: 2 Corintios 4:7-18
En el 2005, los sorprendentes Vaqueros de la Secundaria de Boys Town llevaron un récord perfecto a las semifinales de los partidos de fútbol americano del estado de Nebraska. Pero más importante aún, los jugadores habían dado pasos gigantescos para vencer sus antecedentes familiares de abuso, abandono, y descuido que los había llevado al ambiente seguro y afectuoso de Boys Town.
Su entrenador, Kevin Kush, cree que el fútbol americano es una manera de formar el carácter, y dice: “Las victorias en Boys Town no se ganan en el campo atlético actual. Se ganarán años después en ciudades y pueblos por toda esta nación cuando nuestros jugadores se conviertan en ciudadanos productivos.” Su equipo juega para ganar mientras persigue las metas más elevadas de espíritu deportivo, disciplina, y trabajo en equipo.
Pablo sostenía una similar opinión de largo alcance de nuestra experiencia como seguidores de Cristo. En medio de reveses personales, él instó a los corintios a no desanimarse (2 Corintios 4:17). A pesar de la pérdida, hemos de perseguir las metas más elevadas del reino de Dios ahora, previendo nuestro triunfo eterno en Cristo.
Cuando los Vaqueros de Boys Town perdieron su partido en las finales 10-0, quedaron decepcionados pero no devastados. Su entrenador les había enseñado a seguir adelante porque su verdadera victoria en la vida que todavía está por venir. Lo mismo que la nuestra en Cristo.
1. La vida está llena de batallas y reveses que en ocasiones nos hacen sentir tristes cuando los enfrentamos, la cuestión está en cómo respondemos ante dichas situaciones: ¿Desanimándonos y quedándonos sentados? o ¿Tomándolo como otra lección para aprender en esta vida?
2. La vida cristiana está llena de este tipo de situaciones, hermanos problemáticos, problemas con pecados ajenos o propios, predicaciones que no nos gustan, etc. ¿Qué haremos? Ya sabes siempre tienes dos opciones, ¿cuál tomarás?
NPD/DCM