Lectura: Josué 1:1-9

Algunas personas dicen que no necesitan instrucciones para nada, se creen autosuficientes y hasta se ofenden cuando les preguntan si están seguros de lo que están haciendo.  En ocasiones esto puede funcionar e incluso consiguen lo que están persiguiendo, pero en muchas otras, este tipo de necedad produce consecuencias terribles, por ejemplo, terminar en un lugar equivocado por no consultar una dirección, o preparar una receta de cocina con un resultado totalmente diferente al que se esperaba.

Si Josué no hubiera seguido las instrucciones de Dios, habría fracasado en la labor de guiar a su pueblo a la tierra prometida.  La primera instrucción de Dios fue clara y contundente: esforzarse y ser valiente (Josué 1:6).  Después de esto, tenía que estudiar y meditar constantemente en su Palabra (v.7), y lo más importante, obedecer lo que decía su Palabra; Él le prometió que si seguía estas simples instrucciones tendría éxito en esta compleja labor (v.8).

Esta receta para el éxito también puede funcionar para nosotros, pero no nos confundamos, la idea de éxito de Dios tiene muy poco que ver con el dinero, el reconocimiento, la popularidad o la buena salud.  En hebreo las palabras “tendrás éxito” (taś·kîl), pueden traducirse como: “entonces actuarás con sabiduría”.  Este es el llamado de Dios a Josué, caminar sabiamente, y es también lo que el apóstol Pablo nos recuerda en Efesios 5:15: “Miren, pues, con cuidado, cómo se comportan; no como imprudentes sino como prudentes”.

  1. Si seguimos las instrucciones de Dios de ser valientes, disfrutar aprendiendo de su Palabra, y poniendo en práctica lo que se indica en ella, seremos en verdad exitosos según la definición de Dios.
  2. La receta del éxito es la que está fundamentada en la sabiduría que Dios nos brinda.

HG/MD

“¿No te he mandado que te esfuerces y seas valiente? No temas ni desmayes, porque el Señor tu Dios estará contigo dondequiera que vayas” (Josué 1:9).