Lectura: 1 Juan 4:7-15

De una u otra forma todos los seres humanos necesitamos que nos amen.  Esta necesidad se ve retratada perfectamente en el coro: “Cristo me ama” por Anna B. Warner (1824-1915) y su hermana Susan quienes fueron extraordinarias novelistas y poetizas.  Este conocido coro fue escrito para un niño moribundo protagonista de una de las historias de Susan, y aun hoy, tantos años después, niños y adultos continúan cantando la letra de esta dulce canción.

Un teólogo visitaba el seminario cuando un estudiante le consultó: “¿Cuál es el pensamiento más grandioso que le ha pasado por la mente?”  Los estudiantes pensaban que oirían todo un discurso teológico de aquel hombre; sin embargo, él se inclinó, pensó por un momento, luego se levantó lentamente y les dijo: “Cristo me ama, esto sé, pues la Biblia dice así”.

Entonces, ¿por qué es tan importante el amor de Jesús hacia nosotros?  Este amor es más que un mero sentimiento, es un amor sacrificial que nos libró de la culpa y cargó con nuestros pecados muriendo en una cruenta y solitaria cruz, al lado de dos ladrones y unos cuantos seguidores fieles (Lucas 23:33-48; Romanos 5:8).

  1. El amor de Cristo es tan importante porque Él es Dios y tan sólo Él puede satisfacer el anhelo más profundo de nuestros corazones: nuestra necesidad eterna de amor.
  2. La cruz de Jesús es la evidencia suprema del amor de Dios.

HG/MD

“Pero Dios demuestra su amor para con nosotros en que, siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros” (Romanos 5:8).