Lectura: Lucas 22:24-30.

Parece casi irónico que luego de que el Señor les había hablado del amor verdadero que debían mostrarse mutuamente, ahora se embarquen en discusiones sobre quien lo entregaría, lo que a su vez los llevaría al otro extremo absurdo: ¿quién sería el mayor entre ellos?

El mundo demanda el servicio, y aunque en forma imperfecta, el mundo de los negocios lo sabe y ha incorporado en algunos de sus procesos el valor del servicio al cliente, y con ello tratan de vencer a sus competidores con mejores servicios para ganar el favor de sus clientes.  Sin embargo, cuando el Señor habla de servicio, va más allá de una simple oferta, Él quiere que verdaderamente les sirvamos a otros por amor, y no por alcanzar el favor de los demás.

Luego de esta reprensión sobre el orgullo y el servicio, el Señor les expresa su reconocimiento por haber estado junto a Él durante estos duros años de ministerio, los cuales como ya hemos visto, fueron complicados y llenos de desafíos.  Les reconoce su lealtad; lo que vendría luego de su partida no sería un campo de flores y en la mayoría de los casos incluiría el martirio y muchas pruebas más que fortalecerían su fe.  Es por ello que les promete que estarán en el banquete de bodas de su reino y se sentarán en tronos; no obstante, Jesús les aclara que todo esto se debe a que Dios decidió concederles esos favores.

  1. Gracias Señor porque a pesar que no merecemos tu amor, nos has amado.
  1. Del servicio no se habla, se pone en práctica, debemos actuar.

MD/HG

Jesús: Ejemplo de servicio.  “No sea así entre ustedes. Al contrario, el mayor debe comportarse como el menor, y el que manda como el que sirve”  Lucas 22:26.

Este devocional forma parte del estudio anual cronológico de la vida de Jesús: La Vida de Jesús, el cual llega a ustedes en alianza con Sonlife Classic.