Arqueología e historia
ÉFESO (Ἔφεσος, Ephesos). En la costa oeste del Asia Menor. Augusto la hizo capital de la provincia romana del Asia Menor (27 a.C.–14 d.C.). Éfeso es el escenario de Hech 19. Pablo enseñó diariamente allí por dos años (Hech 19:9). Los ancianos de Éfeso fueron a ver a Pablo en su último viaje a Jerusalén (Hech 20:17–18), y en 1 Cor 15:32, Pablo escribió que combatió contra fieras allí. La ciudad fue fundada originalmente cerca del 1000 a.C. por los griegos. Quedó bajo el control romano en el 133 d.C.
Ubicación
Éfeso estaba ubicada en la desembocadura del río Caístro en la costa del mar Egeo, en la esquina sudoeste de la actual Turquía. Las calles de la ciudad se extendían en todas las direcciones a lo largo de la costa y hacia el interior de la provincia.
Ubicación actual de Éfeso, cercana la ciudad Selcuk, en el distrito de Esmirna – Turquía
Población
Éfeso era la tercera ciudad más populosa en el imperio romano. Se estima que su población era de alrededor de 250.000 habitantes durante la época de los primeros cristianos. La composición étnica de los habitantes de Éfeso incluía (pero no se limitaba a): Lidios, jónicos, griegos, una población nativa de anatolios (Strelan, Paul, Artemis, 33), y un gran contingente de judíos (Josefo, Ant. 14.225–27; 16.162–68, 172–273). Roma envió muchos ciudadanos a sus provincias—como una estrategia colonizadora—para proteger los intereses del imperio.
Comercio
Durante el reinado de Augusto, la ciudad experimentó un crecimiento substancial, beneficiándose económicamente de la Pax Romana (paz romana). Éfeso fue un puerto comercial importante, pero el puerto requiere constate dragado. Al parecer asombrosos logros de ingeniería mantuvieron el Puerto de Éfeso libre de sedimentación. La sedimentación fue un problema común para todos los puertos del mar Mediterráneo en la desembocadura de los ríos debido a que las pequeñas mareas eran insuficientes para limpiarlos (Stark, Cities of God, 42).
Algunos de los principales edificios públicos descubiertos en el lugar del antiguo Éfeso incluyen el famoso templo de Artemisa, plazas públicas, estadios, gimnasios, y teatros. Uno de los teatros más importantes construido en la ladera del monte Pión albergaba unas 24.000 personas.
La ciudad fue el hogar de varios artesanos. Los artesanos eran considerados los de menor estatus social, en parte debido a que trabajaban con sus manos (Plutarch, Per. 2.1–2). La única base de su identidad social era la riqueza que podrían obtener de su oficio (Witherington, The Acts of the Apostles, 593).
El santuario de Artemisa en Éfeso proveyó a la zona de un negocio turístico lucrativo de peregrinos del templo. Además, el templo sirvió como una institución financiera y prestadora de dinero de la riqueza depositada en el santuario (Stark, Cities of God, 42). El templo era considerado un lugar seguro para almacenar los recursos debido a que nadie se atrevía a violar su espacio sagrado (Dio Chrysostom, Rhod. 31:54). Sin embargo, esto no previno la corrupción y el uso inapropiado de los fondos por parte de los funcionarios del templo (Trebilco, “Asia”, 343–344).
Éfeso adquirió su primer templo imperial durante el reinado del emperador Domiciano (ca. 81–96 d.C.). Para una ciudad ser la dueña o guarda de un templo imperial era muy prestigioso.
Gran Teatro de Éfeso
Creencias religiosas
Durante el primer siglo, Éfeso albergó varias creencias religiosas. La gente en Éfeso participaba la adoración a Artemisa (Diana), una diosa de la fertilidad, de la magia y de la astrología (Arnold, Ephesians, 19). Los griegos identificaban a la diosa de la fertilidad como Artemisa y los romanos como Diana. En los alrededores del santuario de esta deidad, se han descubierto una variedad de huesos de animales, evidencia de los sacrificios que probablemente fueron parte de este culto (Dieter Knibbe, Via Sacra, 142).
La estatua de Artemisa en Éfeso tiene muchos pechos en la parte superior del torso. Nadie ha sido capaz de explicar esta imagen. Una diversidad de teorías han sido propuestas, asociando sus pechos con símbolos que incluyen huevos, nueces, testículos de toro, símbolos del zodíaco, y joyería entre otros (Brinks, “Great is Artemis”, 779).
Ruinas del templo de Artemisa, Éfeso
Inscripciones excavadas retratan a Artemisa como una salvadora (Trebilco, “Asia”, 291) que era capaz de responder a oraciones (Trebilco, “Asia”, 291). Era considerada una deidad extremadamente poderosa con la habilidad de forzar la pasión de una mujer hacia un hombre (Arnold, Ephesians, 22). La percepción de sus poderes podría haber venido de la leyenda de que vino directamente del cielo (Arnold, Ephesians, 22). Documentos del 104 d.C. atestiguan la fuerza y popularidad de la religión de artemisa. Artemisa no fue la única deidad adorada en la ciudad. Otras deidades veneradas fueron Roma, Isis y Serapis, solo por nombrar algunas (Horsley, “The Inscriptions”, 49). Las evidencias revelan que los ciudadanos de Éfeso adoraron hasta cincuenta dioses y diosas diferentes.
El culto imperial tenía dimensiones religiosas y políticas para la gente de Éfeso. El culto honraba a los emperadores con honores similares a aquellos dados a los dioses, tales como festivales, juegos, templos y estatuas. Sus agradecidos súbditos erigieron santuarios y estatuas en honor al emperador (Trebilco, The Early Christians, 36). Una inscripción conectada a la estatua del emperador Adriano se refiere a él como un “fundador y salvador” (Trebilco The Early Christians, 36).
El gnosticismo—un movimiento religiosos que resaltó una filosofía superior—probablemente estaba presente en el mercado de las creencias religiosas de Éfeso. El gnosticismo percibía el conocimiento como un don de salvación desde arriba, que une al conocedor y la deidad (Barth, Ephesians 1–3, 14).
La práctica de la magia también fue popular en Éfeso, principalmente entre los pobres y sin educación (Philo, Vit. soph. 523, 590). En el pensamiento helenístico, la magia era la creencia en un mundo espiritual que influía prácticamente todos los aspectos de la vida (Witherington, The Acts of the Apostles, 577). Éfeso era conocido como un lugar de actividad demoníaca (Philo, Vit. Apoll. 4.10). Debido a la popularidad de la magia en Éfeso, la frase “escritos efesios” era utilizada para describir cualquier documento que contenía fórmulas y hechizos (Trebilco, “Asia”, 314). Los demonios eran considerados a veces la causa de dolencias y enfermedades. Unas décadas después que Pablo dejó Éfeso, una gran plaga hirió la ciudad. Un exorcista fue llamado para hacer frente a la situación. Una vez que el demonio fue derrotado, la plaga dejó la ciudad (Trebilco, “Asia”, 313).
Referencias bíblicas
La ciudad de Éfeso se menciona en 1 Cor 15:32, donde Pablo escribe que luchó con fieras en Éfeso. La frase puede referirse a bestias reales. Alternativamente, puede ser una metáfora para los rivales de Pablo. (Malherbe, “The Beasts at Ephesus”, 71–80). Finalmente, el término puede tener un significado de tono demoníaco y referirse a espíritus malignos (Williams, “An Apocalyptic and Magic”, 48).
El libro de Hechos de los apóstoles documenta que Pablo visitó Éfeso en su segundo y tercer viaje misioneros (Hech 20:17–38). Hechos relata varios eventos en la ciudad durante el tiempo que Pablo estuvo allí. Fue en Éfeso que Priscila y Aquila enseñaron a Apolo una comprensión más completa de Dios (Hech 18:26). En Éfeso, Pablo convenció a doce discípulos de Juan el bautista a recibir el bautismo cristiano (Hech 19:1–4), y sanó muchas enfermedades, incluso a través de sus delantales y pañuelos (Hech 19:11–12). De acuerdo con Hech 19:9, Pablo tenía discusiones diarias en la sala de conferencias de Tiranno en Éfeso. Tiranno podría haber sido un conferencista habitual en la sala o ser el dueño de ella.
Los siete hijos de Esceva intentaron usar el nombre de Jesús para llevar a cabo sus exorcismos en la ciudad (Hech 19:13–17). Los cristianos recién convertidos quemaron sus libros de magia en la ciudad de Éfeso (Hech 19:18–20). El motín de los plateros se produce en un teatro de Éfeso (Hech 19:23–40). El motín ocurrió porque el cristianismo provocó la disminución en las ventas ligadas al culto de Artemisa.
En muchos manuscritos, el título y las primeras líneas de la Carta a los efesios hace referencia a Éfeso; sin embargo, las palabras “en Éfeso” (Efe 1:1) están ausentes en algunos de los manuscritos más antiguos y de mayor confiabilidad. Efesios pudo haber sido destinada a los cristianos que vivían en la provincial romana de Asia, de la cual Éfeso era la capital (Brown, An Introduction, 626–627). La carta pudo no haber sido enviada a una congregación local en particular, sino a todas. Desde Éfeso, pudo haber sido distribuida a otras iglesias en la provincia.
Éfeso fue el lugar desde donde se originaron la mayoría de las cartas de Pablo: 1 Corintios, Filipenses, Gálatas, Filemón, y la mayor parte de 2 Corintios.
En el libro de Apocalipsis, la iglesia de Éfeso es la primera congregación mencionada en la carta a las siete iglesias (Apoc 2:1–7). La carta hace referencia a los nicolaítas en Éfeso—un grupo que es difícil de identificar—que probablemente estaba condonando la inmoralidad en la congregación de Éfeso.
Éfeso en la actualidad
Actualmente las ruinas son visitadas principalmente por cruceros que proceden del puerto de Kuşadası, Turquía, situado a 19 km. Es un sitio amplio, que no ha sido excavado todavía por completo, pero lo que se puede observar da una cierta idea de su esplendor original.
Los principales restos de Éfeso se distribuyen a lo largo de las vías principales de la antigua ciudad, que son la calle de los Curetes, que va desde la puerta de Heracles a la biblioteca de Celso; el camino de mármol, que se extiende desde allí hasta el teatro, y la vía Arcadia, que va desde allí hasta los baños del puerto.
Los restos más destacados son:
- El enorme teatro, ubicado en una posición muy sobresaliente dominando el paisaje sobre la calle del puerto. El mayor de su época, tenía capacidad para alrededor de 25 000 espectadores y se empleaba también para espectáculos circenses.
- El odeón, un pequeño teatro del siglo 2.
- La biblioteca de Celso, construida por el cónsul Gayo Julio Aquila Polemeano, en honor a su padre, Tiberio Julio Celso Polemeano, que había ocupado diversos cargos públicos, incluido el de procónsul de Asia y cuyo sarcófago de mármol se encuentra en una cámara bajo el ábside. Su fachada fue reconstruida entre 1970 y 1978.41 Esta biblioteca fue construida mirando hacia el este para que las salas de lectura aprovecharan mejor la luz matutina.
El Odeon, Éfeso
Bibliografía
Arnold, Clinton E. Ephesians, Power and Magic: The Concept of Power Ephesians in Light of its Historical Setting. Society for New Testament Monograph Series 63. Cambridge: Cambridge University Press, 1989.
Barth, Markus. Ephesians 1–3. Anchor Bible Commentary 34. Garden City: Doubleday, 1974.
Brinks, C. L. “‘Great Is Artemis of the Ephesians’: Acts 19:23–41 in Light of Goddess Worship in Ephesus”. Catholic Biblical Quarterly (2009).
Brown, Raymond Edward. An Introduction to the New Testament. The Anchor Bible Reference Library. New York: Doubleday, 1997.
Hemer, Colin J. “Unto the Angels of the Churches”. Buried History 11 (1975): 4–25.
Horsley, G. H. R. “The Inscriptions of Ephesos and the New Testament”. Novum Testamentum 34 (1992): 105–168.
Knibbe, Dieter. “Via Sacra Ephesiaca: New Aspects of the Cult of Artemis Ephesia Metropolis of Asia”. Páginas 141–156 en Ephesus: Metropolis of Asia: An Interdisciplinary Approach to its Archeology, Religion and Culture. Editado por Helmut Koester. Valley Forge: Trinity Press, 1995.
Koester, Helmut. “Ephesos in Early Christian Literature”. Páginas 119–140 en Ephesus: Metropolis of Asia: An Interdisciplinary Approach to its Archeology, Religion and Culture. Editado por Helmut Koester. Valley Forge: Trinity Press, 1995.
Malherbe, Abraham. “The Beasts at Ephesus”. Journal of Biblical Literature 87 (1968): 71–80.
Stark, Rodney. Cities of God: The Real Story of How Christianity Became an Urban Movement and Conquered Rome. New York: HarperCollins, 2006.
Strelan, Rick. Paul, Artemis and the Jews in Ephesus. New York: Walter de Gruyter, 1996.
Trebilco, Paul. “Asia”. Páginas 291–376 en The Book of Acts in its First-Century Setting, Vol. 2: Graeco-Roman Setting. Editado por David W. J. Gill y Conrad Gempf. Grand Rapids: Eerdmans, 1994.
———. The Early Christians in Ephesus from Paul to Ignatius. Tübingen: Mohr Siebeck, 2004.
Williams, Guy. “An Apocalyptic and Magical Interpretation of Paul’s ‘Beast Fight’ in Ephesus (1 Corinthians 15:21)”. Journal of Theological Studies 57 (2006): 42–56.
Witherington, Ben III. The Acts of the Apostles: A Socio-Rhetorical Commentary. Grand Rapids: Eerdmans, 1998.
Fuente: David Seal, «Éfeso», ed. John D. Barry y Lazarus Wentz, Diccionario Bíblico Lexham (Bellingham, WA: Lexham Press, 2014).