Como ciudad invadida y sin murallas es el hombre que no domina su espíritu. -Proverbios 25:28.
Un viejo adagio dice: “La próxima vez que quieras una magdalena (pan de chocolate), come una zanahoria”. El dicho es un buen consejo para los que están a dieta, pero puede que aquellos que lo formularon nos tuvieran a todos en mente. Al disciplinar nuestros deseos cuando no hay principio moral alguno en juego, nos preparamos para aquellos momentos cuando nos enfrentamos a alguna tentación a pecar.
Es a este tipo de disciplina al que Pablo se refería cuando uso el término “dueño de si mismo” en su lista de calificaciones para el liderazgo de la iglesia (Tito 1:8). Necesitamos este recordatorio hoy. Muchas personas creen que pueden vivir de manera inmoral ahora y detenerse de repente cuando quieran. Debido a que no consideran el poder adictivo del pecado, encuentran que vivir de acuerdo con sus buenas intenciones es mucho más difícil de lo que habían previsto.
Proverbios 25:28 nos dice que si carecemos de autocontrol, estamos tan indefensos como una ciudad con muros destartalados. La autodisciplina constante formara nuestro sistema de defensa espiritual contra las fuerzas del mal.
Cuando nos disciplinamos para mantener nuestros deseos ordinarios bajo control, hacemos un habito de vida virtuosa, y practicamos la realidad de las palabras de Pablo en Romanos 6:18, “y habiendo sido libertados del pecado, os habéis hecho siervos de la justicia.” -HVL