Lectura: 1 Reyes 11:1-13

Te has preguntado, ¿por qué tanta gente inteligente hace cosas que no son inteligentes? Una y otra vez escucho tristes historias acerca de personas con elevados coeficientes de inteligencia que fallan en el área del discernimiento moral, lo que los lleva por supuesto a trágicos resultados. Por esta razón podemos concluir que un gran cerebro no es suficiente para impedir que una persona tome malas decisiones.

Por supuesto, esto contradice algunas de las teorías que continuamente escuchamos, mismas que aseguran que tan sólo con una mejor educación la sociedad mejorará.  Este razonamiento va así: “Si educamos a las personas sobre los peligros de las cosas o situaciones, ellas evitarán hacerlas y, por lo tanto, se evitarán consecuencias desagradables y no buscadas.”

Sin embargo, tristemente la experiencia y la Biblia nos dicen otra cosa. De hecho, el hombre más inteligente que jamás vivió, podría servir como el modelo de las malas elecciones.

El rey Salomón, autor de gran parte del libro de los Proverbios, escribió, “Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón” (4:23) y, “En el corazón del hombre entendido reposa la sabiduría” (14:33). A pesar de conocer la relación entre el corazón y la sabiduría, Salomón decidió desobedecer a Dios y su Palabra, casándose con mujeres extranjeras lo cual tuvo terribles consecuencias: “…sus mujeres hicieron que su corazón se desviara tras otros dioses” (1 Reyes 11:4). Como resultado de ello, el Señor dijo: “…ciertamente arrancaré de ti el reino” (v. 11). 

Así que nunca debemos olvidar la importancia de entender que no es prudente confiar excesivamente en nuestra “inteligencia”; seamos humildes y pidamos a Dios que nos guíe por el mejor camino (Santiago 1:5-8).

  1. Ciertamente es bueno conocer la verdad, pero es mejor aún vivir de acuerdo con esa verdad que encontramos en la Biblia.
  2. La capacidad para tomar buenas decisiones demanda un corazón entregado a Dios y esto se logra orando, leyendo las Escrituras, poniendo en práctica las verdades aplicables a nuestro tiempo y pasando tiempo con personas quienes también quieran buscar cada día la verdad en su Palabra escrita para nosotros, la Biblia.

HG/MD

“El corazón del entendido adquiere conocimiento y el oído de los sabios busca el conocimiento” (Proverbios 18:15).