Lectura: Números 21:1-9

Hay quienes nunca están satisfechos o que no son capaces de reconocer lo bendecidos que son, este tipo de personas saben lo mucho que tienen, pero aun así se quejan del por qué no tienen más.

Ejemplo de este tipo de personas expertas en conductas negativas, fueron de las que leímos en nuestra lectura devocional en Números 21; ellos no agradecieron ser liberados de sus amos egipcios, sino que se quejaron del camino desértico por el cual andaban, y detestaban el menú que Dios les había provisto temporalmente.  Cuando hicieron esto estaban despreciando las bendiciones de Dios, lo cual es totalmente una locura, pues en realidad estaban quejándose de Dios y Su providencia.  A causa de esto Dios los castigó.

Es como el anciano quien le pidió a otro que lo ayudara a redactar un escrito para el municipio en el que vivía.  El hombre lo hizo con gusto, y al terminar de escribir le dijo: “¿Te puedo ayudar en algo más?  Al ver la nota, le dijo: “Sí…, podrías agregar al final, … disculpas por la mala letra”.

No tomes a Dios a la ligera, no menosprecies Su gracia, Dios nos ha llenado de bendiciones que en realidad no le hemos pedido, pero que debido a Su gran amor nos ha concedido; cómo la lluvia que moja nuestros campos, el sol que hace que las plantas efectúen su fotosíntesis y, sobre todo, morir en la cruz en nuestro lugar cuando nosotros no lo merecíamos.

  1. Hoy, no le pidas a Dios, agradécele por todas las bendiciones que das por un hecho como algo normal.
  2. Nunca serán mal vistas las actitudes de gratitud hacia nuestros semejantes, y sobre todo hacia Dios.

HG/MD

“Agradeceré al Señor en gran manera con mi boca; en medio de muchos le alabaré.” (Salmos 109:30).