Creacionismo
Párpados: Limpiaparabrisas intermitentes
Imagine si los limpiaparabrisas solo tuvieran dos ajustes: rápido y lento. Así era hasta que un día un inventor disgustado fue inspirado por el magnífico diseño de nuestros párpados.
El ingeniero e inventor Robert Kearns (1927–2005) vivió cerca de Detroit, el centro de la industria automotriz de Estados Unidos. Un día de lluvia, mientras conducía por la ciudad, Kearns se molestó porque su limpiaparabrisas raspaba y vibraba contra su parabrisas casi seco. La lluvia con neblina era demasiado fuerte como para que pudiera conducir con los limpiaparabrisas quietos, pero demasiado suave como para dejarlos funcionando. En ese tiempo, la mayoría de los limpiaparabrisas ofrecían solo dos ajustes: uno para la lluvia normal y otro para fuertes aguaceros. Ninguna de esas velocidades encajaba su situación.
Kearns solo tenía también un ojo bueno, y la molesta moción de los limpiaparabrisas no ayudaba. Lo que pasó luego fue una perspicacia que cambió la vida de Kearns.
MOLESTO POR LOS LIMPIAPARABRISAS QUE GOLPEABAN CONTRA SU PARABRISAS CASI SECO, KEARNS SE PREGUNTÓ SI LOS LIMPIAPARABRISAS PODRÍAN IMITAR EL PARPADEO DE NUESTROS OJOS.
Él simplemente se preguntó si los limpiaparabrisas podrían imitar el parpadeo de nuestros ojos. Eso es, ¿podrían ser programados los limpiaparabrisas para operar intermitentemente cuando la lluvia es suave? Esta velocidad irregular podría disminuir y silenciar los limpiaparabrisas, mientras sigue limpiándolo y evitaría el efecto hipnotizador de los otros ajustes.
Al volver a casa, Kearns trabajó en los motores de limpiaparabrisas hasta que pudieron funcionar a intervalos. Este ajuste fue un desafío técnico porque él no tenía los compactos circuitos integrados que tenemos hoy en día.
Cuando él mostró la función de activar y desactivar los limpiaparabrisas a los ingenieros de autos, ellos pensaron inicialmente que estaba usando un interruptor escondido. Pero él estaba claramente creando algo. En 1964 patentó su primer limpiaparabrisas intermitente con un retraso ajustable.
Desafortunadamente, su esfuerzo inició una serie de batallas legales contra los fabricantes de autos que desarrollaron aplicaciones similares. Sus demandas por violación de patente llegaron a la Corte Suprema de los Estados Unidos, y finalmente ganó millones de dólares, pero al precio de su trabajo, matrimonio y salud mental. La película del 2008 Flash of Genius cuenta la historia de Robert Kearns y su invento.
El parpadeo de nuestros ojos es automático y esencial. Su fluido salino limpiador humedece y protege la córnea externa del ojo y elimina el polvo. Otros aspectos protectores incluyen nuestras cejas «sombrillas» y la cuenca de receso de nuestro globo ocular.
Los ojos de un niño parpadean en promedio una o dos veces cada minuto, mientras que para los adultos es diez veces más rápido. Sin embargo, el mecanismo actual no se entiende muy bien. Puede involucrar un «centro de parpadeo» en el cerebro.
Actualmente, miles de millones de limpiaparabrisas duplican el parpadeo intermitente de los ojos. Pero ninguno dura tanto o trabaja tan eficazmente como los párpados que nos dio Dios. Proclamando las maravillas de la obra de Dios al crear el cuerpo humano, el salmista nos pide pensar sobre su fuente, “El que hizo el oído, ¿no oirá? El que formó el ojo, ¿no verá?” (Salmo 94:9).
Autor: Dr. Don DeYoung. Presidió el Departamento de Ciencias y Matemáticas en Grace College, Winona Lake, Indiana durante muchos años. Se retiró al finalizar el año escolar 2017-2018. También es el presidente de la Creation Research Society.
Fuente: https://answersingenesis.org/