Lectura: 2 Tesalonicenses 3:6-16

Algunas ideas han cambiado el mundo, ideas como las de Benjamín Franklin, los hermanos Wright, Marie Curie, Nicola Testa, Albert Einstein, Steve Jobs, tan sólo por mencionar a algunos protagonistas, le dieron grandes adelantos a nuestro mundo con sus aportes; mientras que otros cambiaron las historias de sus países: Washington, Hitler o Churchill.

Todos tenemos ideas, pero las personas que marcan la diferencia en este mundo, son aquellas que no se detienen en sus ideas, sino que las ponen a trabajar.

Muchas veces se ha repetido la misma historia; una persona tiene una idea, pero otra es la que recibe el crédito, porque además de pensarla, la puso en práctica.  Como hijos de Dios, hemos sido llamados a actuar, así como lo hizo nuestro Salvador cuando vivió entre nosotros: “Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo a quien tú has enviado.  Yo te he glorificado en la tierra, habiendo acabado la obra que me has dado que hiciera.” (Juan 17:3-4).

Piensa por un momento con respecto a cómo puedes expandir tu influencia como creyente. ¿Qué ideas tienes para ayudar a otros que lo necesitan? ¿Qué ideas has tenido para compartir con otros, lo que Jesús ha hecho por ti? En estos tiempos de pandemia, ¿Qué ideas se te ocurren para mostrar a otros que hay esperanza en Jesús a pesar de este tiempo de prueba?

  1. ¿Por qué no te decides a ser más que una persona con ideas? Niégate a permanecer ocioso en lo que a la fe respecta. Sé una persona de acción. Al poner tus ideas a trabajar este mes, verás la diferencia porque no te cansarás nunca “de hacer bien” (2 Tesalonicenses 3:13). 
  2. ¿Cuáles son tus tres mejores ideas para mejorar tu relación con Dios? ¿Cómo vas a ponerlas en práctica?

HG/MD

“Y ustedes, hermanos, no se cansen de hacer el bien” (2 Tesalonicenses 3:13).