Lectura: Ester 7 – 10.
Al final de esta historia de Ester tenemos una alusión a la exaltación del justo y el precio que pagará el injusto. El Dios invisible y silencioso sí estaba trabajando por Su pueblo todo el tiempo.
La raza humana es una sola, así como uno es su origen puro y su falla abismal. No hay ninguna comunidad ni clase social en ninguna parte del mundo que pueda decir: “Somos perfectamente sanos y el pecado jamás se da entre nosotros.”
La Biblia nunca ha declarado que el hombre es perfecto. Por el contrario, en casi todas sus páginas nos dice que el hombre es un ser caído, y que sus móviles, sus pensamientos, sus decisiones y sus acciones todas están marcadas con la señal del mal.
Se debe precisamente a esto, a que no hay persona justa sobre la tierra que sólo haga el bien y que nunca peque, que Dios proveyó un Salvador. Ese Salvador, que regenera, transforma y salva, es nuestro Señor Jesucristo. Él es el único redentor de la humanidad perdida.
1. ¿Cómo descubrió Ester ante el rey el horrible peligro en que estaban ella y su pueblo? ¿Cómo reaccionó el rey? ¿Cómo reaccionó Amán? ¿Cuál es la ironía de la muerte de Amán?
2. ¿Cómo fue enaltecido Mardoqueo después? ¿Cómo ilustra esta historia la victoria final del plan de Dios? ¿Qué aprendes para tu vida personal de estos dos héroes judíos? ¿Qué debería aprender la Iglesia, el Cuerpo de Cristo, aquí?
3. ¿Cómo se llama la fiesta judía en honor a este acontecimiento? El pueblo judío aún celebra esta fiesta.
4. También debemos tener presente que existe el otro lado de la moneda, según pasajes como Romanos 8:34-39 y Hebreos 11:32-40. No todos fueron y son liberados de los sufrimientos y martirios. ¿Cuál debería ser nuestra posición cuando nos encontramos en situaciones difíciles? (Job 1:20-22; 2:10)