Lectura: 1 Pedro 2:18-25

Nunca ha sido fácil ser un esclavo. En los días del Imperio Romano, los esclavos fueron llamados: “herramientas humanas.” Los esclavos de edad avanzada o enfermos podrían ser lanzados a un lado, como una sierra desgastada.

A veces los esclavos cristianos sufrieron humillaciones adicionales, debido al antagonismo de sus amos paganos. El apóstol Pedro dio esos esclavos algunas instrucciones desafiantes. Él les dijo que respondieran a la injusticia de su situación con la dignidad que Cristo demostró. No debían dejarse llevar por sus emociones, sino seguir el ejemplo de Cristo con respecto al sufrimiento: “Cristo sufrió por ustedes, dándoles ejemplo para que sigan sus pasos.” (1 Ped. 2:20-24).

Hay una vieja historia de un príncipe persa con una deformidad física que le obligó a renquear constantemente. El príncipe tenía una estatua de sí mismo y ella se mostraba como si fuera erguido y alto. Día tras día se puso de pie frente a la figura y deseó poder ser como ella. Según la leyenda, el príncipe finalmente quedó tan erguido como la estatua.

Ese cuento capta lo que significa seguir el ejemplo de Jesús. A pesar de que esos esclavos del primer siglo, fueron doblados bajo el peso de su trato inhumano, pudieron estar a la altura de Cristo, siguiendo el ejemplo de su Salvador sufriente.

1. ¿Estás deprimido por una injusticia? ¡Mira a tu Maestro! Podemos mantenernos erguidos cuando estamos con Él.


2. Estar de pie por Cristo, significa inclinarse para ayudar a otros y ser herramientas humanas al servicio de Él.

NPD/HWR