Lectura: 2 Reyes 24 – 25.
En un comedor infantil, la maestra había dejado, en una esquina de la mesa, una fuente repleta de manzanas rojas y jugosas para que se sirvan los niños pero dejó también una nota al pie: “Toma solo una, no olvides que Dios te está mirando”. En la otra esquina de la mesa, otra maestra dejó una bandeja llena de galletas de chocolate recién horneadas. Algún niño travieso adjuntó también su nota. Esta decía: “Puedes tomar todas las galletas que quieras, total Dios está mirando las manzanas”. Con la misma ironía, muchas veces pensamos que Dios mira y juzga ciertos actos del ser humano y otros no. Estandarizamos el pecado y pones nuestras notas adjuntas a cada acto que realizamos intentando decirle a Dios qué cosas Él debe aprobar y qué no. Mayormente, somos más propensos a juzgar con implacabilidad los actos ajenos y con condescendencia los propios.
En estos pasajes somos testigos del castigo merecido para Judá. A muchos no les gusta el concepto de un Dios justiciero, pero esta es precisamente la otra cara de la moneda de un Dios de amor, Dios es un juez justo.
- Después del buen reinado de Josías, y toda su lucha por la pureza espiritual de su pueblo, vienen Joacaz y Joacim y borran todo lo que hizo Josías. ¿Por qué crees que vuelve a pasar esto? El libro de Jeremías nos narra mucho con respecto a la maldad de este tiempo.
- Isaías había profetizado al menos 100 años antes lo que Babilonia iba a hacer. Aquí somos testigos de cómo Dios utiliza a naciones paganas para disciplinar a su pueblo. ¿Qué te parece? Jeremías fue llamado «el profeta llorón” por sus profecías y lamentaciones descritas en este tiempo. ¿Qué te dice este hecho acerca de lo que sentía Dios al traer este juicio?
- Las malas decisiones de los líderes afectan a los que les siguen. ¿Cuáles fueron algunas decisiones tontas de los líderes en estos capítulos? ¿Cuáles fueron sus consecuencias?
- El cautiverio se llevó a cabo en tres etapas:
1. Un grupo selecto de jóvenes como Daniel y sus tres amigos (Daniel 1).
2. El Rey Joacim, muchísimos líderes y los mejores hombres del país (10,000, según 24:14).
3. Sedequías y los demás que sobrevivieron a la caída y destrucción de Jerusalén.
Dios ha dispuesto límites para todo, hasta para la maldad, y este es un claro ejemplo de ello. Dios también ha dispuesto un final para este tiempo de Gracia (2Tes. 4:13-18), antes de que continúe el reloj divino su curso. Ahora es tiempo de salvación, no mañana, no pierdas el tiempo. Porque dice: En tiempo aceptable te he oído, Y en día de salvación te he socorrido. He aquí ahora el tiempo aceptable; he aquí ahora el día de salvación (2 Corintios 6:2).