Lectura: Romanos 12:9-16

Sin lugar a dudas la vida de Golda Meir (1898-1978) estuvo rodeada de luchas y de victorias.  En un momento de su vida se convirtió en la primera ministra de Israel, en ese tiempo tuvo que enfrentar muchos episodios conflictivos y de fracaso, así como también el gozo esporádico de éxitos y triunfos en la vida del recién nacido Estado de Israel.  Ella dijo acerca del gozo y la tristeza: “Los que no saben cómo llorar con todo el corazón, tampoco saben cómo reír”.

El apóstol Pablo también nos llamó a vivir una vida llena de estas emociones al parecer opuestas, el llanto y el gozo, pero con un giro inesperado.  En Romanos 12:15, nos desafió a ver mucho más allá de las circunstancias y ser capaces de ser sensibles a las necesidades de otros: “Gócense con los que se gozan. Lloren con los que lloran”.

Si tan sólo somos capaces de alegrarnos cuando las cosas están bien, perdemos de vista el maravilloso hecho de reconocer el poder de Dios, teniendo esperanza y gozo aún en medio de los problemas, y no solamente en nuestras vidas sino además en las de quienes nos rodean.  Si lo único que sabemos hacer es lamentarnos cuando algo no va bien, desperdiciamos la oportunidad de la lección aprendida, de haber pasado por un lugar oscuro y de haber salido a la claridad aun con algunos rasguños, esto nos enseña a ser compasivos cuando vemos el dolor de otros.

  1. La vida está compuesta por situaciones buenas y algunas que no consideramos tan buenas; tenemos el gran privilegio de experimentarlas y aprender de ellas, dando gracias a Dios sin importar las circunstancias.
  2. La gracia de Dios nos alcanza aun en el lugar más oscuro e inesperado, reconozcamos nuestra dependencia de Él.

HG/MD

“Gócense con los que se gozan. Lloren con los que lloran” (Romanos 12:15).