Lectura: Mateo 7:15-23
Cuando un rayo cayó en el edificio de 16 pisos, inició un incendio en la azotea. A los bomberos se les hizo muy difícil apagar las llamas, tuvieron que utilizar equipo especial, y todo el equipo de valientes bomberos realizaron un gran esfuerzo para poder salvar la parte superior de aquella estructura, la cual describieron como alta, vacía y sin ventanas.
En la vida hay muchas personas a las cuales les va muy bien esa descripción de la torre. Son “altas”, en el sentido que se consideran como superiores a los demás; son “vacías”, porque no permiten que algo exista en ellas; y no tienen “ventanas”, porque no dejan que nadie las mire por dentro.
Siempre que nos colocamos por encima y separados de los demás nos volvemos “edificios” inadecuados, sin forma de escape en caso de incendio, y donde una pequeña chispa puede encender un fuego devastador. El orgullo y la soberbia son materiales inflamables muy utilizados por Satanás, ya que los disfraza como cosas buenas para avanzar en la vida, pero la realidad es que llenan nuestro ego y nos hacen creer que no necesitamos a Dios.
El orgullo es una gran barrera para que muchas personas que se creen “buenas” no acepten el regalo de salvación que les ofrece Jesús, pero los que se humillan llegarán a ser: “el más importante en el reino de los cielos” (Mateo 18:4).
- Satanás siempre querrá oponerse a todo lo bueno que Dios nos quiere ofrecer. Recuerda que, para obtener el regalo de Salvación, en lugar de enorgullecernos, tenemos que humillarnos ante nuestro gran Dios.
- Los que conocen a Dios nunca deben ser orgullosos sino humildes (Colosenses 3:12).
HG/MD
“Por tanto, como escogidos de Dios, santos y amados, vístanse de profunda compasión, de benignidad, de humildad, de mansedumbre y de paciencia” (Colosenses 3:12)
Muchas gracias,sus escritos son de bendicion para mi
Buen día Norma, todo lo hacemos para la gloria de Dios, bendiciones