Lectura: 1 Corintios 11:23-34
No importa la forma: cuadrada, redonda, rectangular, u otra.; o de que está hecha: si es de buena o mala madera, de plástico o de cualquier otro material, es más, creo que tampoco importa que hay sobre ellas; lo que realmente importa es quién está con nosotros cuando nos reunimos en torno a ellas, me refiero a las mesas.
Alrededor de una mesa se dan las mejores conversaciones, recuerdos, risas, juegos y sobre todo, en la mayoría de los casos, nos rodean nuestros seres queridos con quienes deseamos compartir esos momentos a su alrededor.
Los creyentes también hemos sido invitados a reunirnos alrededor de otra mesa con el propósito de recordar la Cena del Señor. Sin importar que la iglesia sea grande o pequeña, o qué tipo de pan se utilice para conmemorar este importante acontecimiento, se trata de alejar las distracciones, apagar nuestros teléfonos inteligentes, olvidar las preocupaciones y concentrarnos en Jesús, en lo que Él hizo por nosotros, en reconocer nuestros errores y en tratar de enmendarlos.
- ¿Cuándo fue la última vez que participaste de la mesa del Señor? ¿Gozas de su presencia o más bien te preocupa lo que sucede en otra parte, o el último posteo en nuestra red social favorita?
- Recordar lo que nuestro Señor hizo por nosotros nos da fortaleza para hoy y esperanza para mañana.
HG/MD
“Todas las veces que coman este pan y beban esta copa, anuncian la muerte del Señor, hasta que él venga” (1 Corintios 11:26).
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