Lectura: Efesios 5:25-31
El exjugador de la Liga Nacional de Futbol, Chris Spielman, era bien conocido por sus extraordinarias jugadas y su amor por el deporte. Sin embargo, también es conocido por otra historia aún más conmovedora, cuando a la esposa le detectaron un cáncer de mama, a finales de los años 90´s. Este evento coincidió con el inicio de la temporada y Chris, optó por perderse todo el año de futbol con el fin de cuidarla. De inmediato los medios fueron tras la noticia y en una de sus tantas entrevistas expresó: “Le dije a Stephanie que quería ser yo quien tomara su mano y el que cuidara a mis hijos cuando ella no pudiera”. Juntos continuaron la batalla contra el cáncer durante los siguientes 10 años, hasta que ella murió.
Es extraordinario, ver en este mundo lleno de sufrimiento y engaño, como el amor y el compromiso de pareja, se ponen en evidencia en esta historia de amor, con un final un tanto trágico. La Biblia es clara al indicarnos que los esposos tienen la obligación y privilegio de amar a sus familias de una manera amorosa y compasiva. En la carta a los Efesios nos dice: “Esposos, amen a sus esposas así como también Cristo amó a la iglesia y se entregó a sí mismo por ella” (5:25); “De igual manera, los esposos deben amar a sus esposas como a sus propios cuerpos. El que ama a su esposa, a sí mismo se ama” (5:28). En la carta a Timoteo también Pablo hace referencia a esto: “Si alguien no tiene cuidado de los suyos, y especialmente de los de su casa, ha negado la fe y es peor que un incrédulo (1 Tim.5:8). Asimismo, Pedro nos recomienda lo siguiente: “Ustedes, maridos, de la misma manera vivan con ellas con comprensión, dando honor a la mujer como a vaso más frágil y como a coherederas de la gracia de la vida, para que las oraciones de ustedes no sean estorbadas” (1 Ped.3:7).
- Debemos brindarnos a nuestras familias, cuando hacemos esto seguimos el ejemplo de Cristo quien se dio a si mismo por nosotros.
- A Dios si le importan los asuntos de familia.
HG/MD
“Esposos, amen a sus esposas así como también Cristo amó a la iglesia y se entregó a sí mismo por ella” (Efesios 5:25)