Lectura: Eclesiastés 3:1-13
A muchos nos cuesta decir no a una nueva responsabilidad; y más aún si es por una buena razón y se relaciona con ayudar a los demás. Incluso en ocasiones cuando no aceptamos asumir más responsabilidades, podemos sentirnos culpables o pensar que, de alguna manera, fallamos en nuestro andar de fe.
No obstante, podemos tener buenas razones para seleccionar con cuidado nuestras prioridades. Eclesiastés 3:1-8 nos dice que la sabiduría reconoce que todo en la vida tiene su tiempo, tanto en las actividades humanas como en la esfera natural. “Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora” (Eclesiastés 3:1).
Y es que, al ir pasando de una a otra etapa durante la vida, nuestras prioridades cambian inevitablemente. Esto implica que en ocasiones tengamos que dejar de lado lo que solíamos hacer y enfocar nuestra energía en otra cosa. Tan sólo por citar algunos ejemplos de situaciones que implican grandes cambios de vida: el matrimonio, tener hijos, terminar los estudios, un cambio de trabajo, jubilarse o dedicarse a tiempo completo a la obra de Dios.
- En la vida siempre estamos expuestos a los cambios tanto de circunstancias como de obligaciones, por lo que es necesario que podamos discernir con responsabilidad y sabiduría qué clase de compromisos podemos tomar, buscando siempre hacer “…todo para la gloria de Dios” (1 Corintios 10:31).
- Reconozcamos a Dios en todos nuestros caminos, y Él nos guiará y nos mostrará en qué dirección debemos seguir.
HG/MD
“Reconócelo en todos tus caminos y él enderezará tus sendas” (Proverbios 3:6).
¡Totalmente de acuerdo, hermano! A nuestra edad, ya hemos corrido bastante y nos damos cuenta de que lo que realmente vale la pena es lo que construye, no lo que nos desgasta. La vida no es una maratón sin meta, es un camino con estaciones, y si no paramos en las importantes, ¿para qué tanto correr?
Lo que dices es clave: la familia, la fe, el equilibrio… todo tiene su tiempo, y saber decir “no” a lo bueno para cuidar lo mejor es señal de madurez, no de egoísmo. Que Dios nos ayude a caminar con sabiduría y disfrutar cada etapa sin culpa. ¡Bendiciones y a seguir firmes! 🙏