Lectura: Mateo 19:16-26

Al igual que muchos niños de corta edad, tenía un libro favorito de canciones infantiles. Recuerdo especialmente a Humpty Dumpty, un personaje en forma de huevo con una cara pintada y con brazos y piernas flacas, el cual se balanceaba feliz sobre una pared.  Al final del relato él caía y se rompía en pedazos incontables. Cuando era niño, me sentí igual de desesperado ante muchas situaciones, cada vez que pasaba por una de ellas traía a mi memoria la lamentable historia de Humpty Dumpty, al cual no pudieron unir otra vez.

Gracias a la misericordia divina, yo tuve un destino diferente al de Humpty Dumpty a una muy corta edad tuve la bendición de haber llegado a conocer a Cristo como mi Salvador y Señor.   Yo experimenté a Jesús como el gran Alfarero que es, me ha remodelado a partir de pedazos rotos de vida y así mismo ha actuado en las vidas de otros.  He tenido la alegría de ver a muchos de los llamados drogadictos desesperados, ser convertidos en nuevas criaturas en Cristo (2 Cor.5:17-21). Como resultado, he añadido una línea a la canción infantil Humpty Dumpty: “¡Lo que todos los caballos del rey y todos los hombres del rey no pudieron hacer, el Rey si pudo hacerlo!”

1. ¿Estás destrozado y roto o existe alguien en tu vida que lo esté?  Recuerda, nadie está tan desesperado o tan aislado, como para que la ayuda que Dios no pueda ampararle. Jesús dijo: “Humanamente hablando es imposible, pero para Dios todo es posible» (Mt.19:26).

2. Cuando parezca que tu vida está compuesta solamente de piezas rotas sin esperanza de reparación, no te rindas. Tenemos un Rey Alfarero que puede hacer que las piezas de tu vida vuelvan a unirse y funcionen para Su gloria.

NPD/JY