Lectura: Números 13:1-2, 26-33

Tengo unos amigos que viven en tierras altas en las laderas de un volcán, y en su jardín tienen sembradas algunas hileras de fresas.  Cuentan que en los primeros años fue todo un desafío tratar de salvar sus fresas del apetito insaciable de los pequeños pajarillos del vecindario, que se abalanzaban sobre los dulces frutos.  Por ello, tuvieron una idea que creyeron serviría, construir un espantapájaros utilizando unos cuantos palos de escobas viejas, un abrigo, pantalones maltrechos y un sombrero que ya había vivido sus mejores días.

Una mañana, poco tiempo después de haber construido aquel artilugio, había un pajarito cantando con todas sus fuerzas sobre el sombrero del espantapájaros, como diciendo a sus amigos pájaros, “¡Saben, aquí hay fresas gratis!”.

Para su sorpresa había dos tipos de pájaros: los que aprendían rápido y que llamaremos sabios; y los temerosos que llamaremos necios. Los primeros rápidamente se dieron cuenta que el espantapájaros era simplemente eso, un objetivo inanimado que no les haría daño; mientras que los temerosos o necios, no se acercaron al festín, sino que se quedaron en sus ramas y tuvieron que obtener su comida en otro lugar con una mayor dificultad.

La Palabra de Dios también nos dice que existen personas sabias y necias; por ejemplo, en nuestra lectura devocional leímos con respecto a los 12 espías que envía Moisés a examinar la Tierra Prometida, una tierra que estaba llena de frutos y bendiciones fabulosos para ellos. Diez de ellos tan sólo vieron “espantapájaros”, que llamaremos gigantes, y ciudades amuralladas.  Sin embargo, dos de ellos fueron sabios; Caleb y Josué, creyeron que Dios si les había entregado aquellas fértiles tierras y no se dejaron intimidar con aquellos “espantapájaros” y dijeron: “¡Ciertamente subamos y tomémosla en posesión, pues nosotros podremos más que ellos!” (Números 13:30).

  1. La vida está llena de “espantapájaros”, situaciones, momentos, personas e incluso nosotros mismos, que nos hacen dudar de las promesas de Dios; empieza a vivir más por fe y no temas a los “espantapájaros” de la duda y el temor.
  2. Sabes, nuestro Dios es mayor que cualquier problema.

HG/MD

“Entonces Caleb hizo callar al pueblo delante de Moisés, y dijo: ¡Ciertamente subamos y tomémosla en posesión, pues nosotros podremos más que ellos!” (Números 13:30).