Lectura: Juan 8:1-11
Se debe hacer la aclaración que este pasaje, no se encuentra incluido en los mejores y más antiguos manuscritos en el evangelio de Juan y algunos lo ubican luego de Lucas 21:38. Muchas versiones antiguas lo excluyen y ningún padre de la iglesia hizo comentarios sobre este pasaje hasta siglo 12 d.C. por lo que siempre ha despertado polémica, sin embargo vale la pena hacer algunas reflexiones sobre el mismo.
El pasaje nos muestra a los escribas y fariseos llevando ante Jesús a una mujer, de la cual sólo se nos dice que fue capturada en el acto del adulterio, en Deut.22:21-24 se nos dice, que la lapidación como pena para el adulterio, estaba ordenada sólo en el caso de una virgen prometida en matrimonio o de una mujer casada que fuera culpable y que ambos debían morir, tanto la mujer, como el hombre. ¿Dónde estaba el hombre? Aquí empiezan a surgir las dudas, ¿será acaso que de alguna forma engañaron a esta mujer y dejaron al “hombre” irse porque había cumplido su propósito?
Estas personas acosaban a Jesús con preguntas y acusaciones, para hacerle caer en una trampa, si deja ir a la mujer está incumpliendo la ley, si consciente en matarla, donde está su misericordia y compasión. Él luego comienza a dibujar en el suelo (el texto no nos dice que escribía, algunos sugieren que quizás estaba escribiendo la lista de pecados de los presentes) les responde con una afirmación: “Aquel de ustedes que esté libre de pecado, que tire la primera piedra.”
Y luego siguió escribiendo en el suelo, posiblemente para darles un espacio para meditar y para la autoevaluación. Uno a uno se fueron y al final solo quedaron ella y Jesús. En un genuino acto de gracia, él le dice, así como otros no la condenaban, él tampoco lo hacía, pero le termina advirtiendo: ¡deja tu vida de pecado!
- La misericordia y el perdón de Dios están siempre disponibles para aquel que las quiera aceptar, sin embargo esto no nos da una excusa para pecar, recuerda siempre la advertencia final de Jesús: “Ahora vete, y no vuelvas a pecar” ¿Lo harás?
- La próxima vez que tengas en tus manos, la reputación o el buen nombre de una persona, piénsalo dos veces, antes de emitir un juicio en su contra, puede que Jesús te esté dando la oportunidad (dibujando en el suelo) para que puedas meditar sobre tus acciones.
MD/HG
Jesús: Perdona, pero demanda un cambio de vida. “Entonces él se incorporó y le preguntó: Mujer, ¿dónde están? ¿Ya nadie te condena? Nadie, Señor. Tampoco yo te condeno. Ahora vete, y no vuelvas a pecar.” Juan 8:1-11
Este devocional forma parte del estudio anual cronológico de la vida de Jesús: La Vida de Jesús, el cual llega a ustedes en alianza con Sonlife Classic