Lectura: Salmos 90:7-17

La feroz tormenta había destruido todo a su paso.  En ese desolador escenario, las cámaras enfocaron a un hombre que estaba de pie mirando lo que había quedado de su casa. Dispersos entre los escombros y lo que quedaba de su casa, estaba todo por lo cual había luchado durante años.

Cuando el periodista se acercó y le preguntó si creía que había algo que pudiera ir a rescatar de lo que había sido su casa, sin pensarlo dos veces le dijo: “No vale la pena morir por eso”.

En tiempos problemáticos nuestra percepción de lo que realmente vale la pena en la vida, suele ubicarse en la perspectiva correcta.

Al leer el Salmo 90, Moisés, este hombre de Dios, observa la vida desde el principio hasta el fin. Ante la brevedad de la vida (vv. 4-6) y la comprensión del justo furor divino (vv. 7-11), le ruega a Dios que le dé entendimiento: “Enséñanos a contar nuestros días de tal manera que traigamos al corazón sabiduría” (v.12).

Luego, Moisés continúa el salmo recordando el amor del Señor: “… Ten compasión de tus siervos.  Por la mañana sácianos de tu misericordia…” (vv. 13-14). Y concluye orando por el futuro: “Sea sobre nosotros la gracia del Señor nuestro Dios. La obra de nuestras manos confirma entre nosotros” (v. 17).

  1. Saber que nuestros días están contados y que en realidad son bastante breves, debe hacer que nos aferremos al amor de Dios y nos enfoquemos en las cosas verdaderamente importantes.
  2. Pídele a Dios que te aclare cada día la perspectiva con la cual debes afrontar las diferentes situaciones en tu vida.

HG/MD

“Enséñanos a contar nuestros días de tal manera que traigamos al corazón sabiduría” (Salmos 90:12).