Lectura: 1 Corintios 15:50-58

Rusty Woomer estaba esperando en el corredor de la muerte (así se le llama a las instalaciones donde están los privados de libertad a la espera de la pena de muerte) sólo a 11 días antes de su ejecución, cuando recibió la visita de Chuck Colson. No tenía miedo a morir, pero él sí le dijo al Sr. Colson que una sensación de miedo se apoderaba de él cuando pensaba en su encuentro con Dios.

Él no estaba preocupado acerca de ser castigado por sus pecados, debido a que estaba convencido de que Cristo le había perdonado. Sino que él estaba impresionado ante la idea de conocer a Aquel que poseía el poder absoluto, el resplandor, una pureza y un amor más allá de lo que podamos imaginar.

Rusty Woomer vivió sus últimos días conociendo la fecha exacta de su muerte, y sabía cómo iba a ocurrir.  Chuck Colson comentó que a pesar de que pocos de nosotros sabemos cuándo y cómo vamos a morir, todos estamos en el corredor de la muerte. A menos que Jesús venga antes por nosotros; incluso el cristiano más devoto tendrá que pasar por el valle de sombra de muerte. Este es un pensamiento solemne.

Cuando contemplamos cómo es Dios, temblamos ante la idea de conocerlo. Sin embargo, también podemos regocijarnos. Debido a que Jesucristo murió por nuestros pecados y ha resucitado, la muerte está derrotada y NO puede hacernos daño.

1. A diferencia de Rusty, no sabes el día que en ocurrirá tu muerte, hoy puede ser el día de tu Salvación, recuerda dentro de un minuto puede ser demasiado tarde.

2. Los que temen a Dios, no necesitan temer a la muerte.

NPD/HVL