Lectura: 2 Crónicas 16:7-9
El lugar donde vivimos tiene bastantes árboles alrededor y pasa un pequeño río por el cual transcurre el agua calmadamente, y de vez en cuando tenemos un visitante rondando por ahí.
A este visitante es común oírlo y no tanto verlo, pues comúnmente anda en búsqueda de su desayuno o su almuerzo, atento a cualquier movimiento en el suelo o en los aires, su mirada escudriña todo el territorio como si le perteneciera, ese visitante es un halcón.
En nuestra lectura devocional leímos 2 Crónicas 16, donde Hanani el profeta de Dios, informó al rey de Judá Asa, que sus acciones estaban bajo supervisión desde lo más alto: “Por haberte apoyado en el rey de Siria y no haberte apoyado en el Señor tu Dios…” (v.7), y luego agregó: “los ojos del Señor recorren toda la tierra para fortalecer a los que tienen un corazón íntegro para con él” (v.9).
Asa se había equivocado, y estaba depositando su confianza en el sitio errado y por eso continuaba la guerra.
Las palabras de Hanani no deben ser consideradas como condenatorias, sino como una forma de llamarlo al arrepentimiento; nuestro Dios nos observa siempre y espera que en toda circunstancia acudamos a Él compartiéndole nuestras necesidades y problemas.
- Nuestro Señor está atento como el halcón que vigila atentamente su propiedad. Como dueño de todo cuanto existe Dios es quien en verdad tiene el control.
- Levanta tu mirada, busca en Dios socorro, aliento y sustento.
HG/MD
“Del Señor es la tierra y todo lo que hay en ella; el mundo y los que lo habitan” (Salmo 24:1).