Lectura: Romanos 5:6-11
Luego de la muerte de una anciana, sus hijos y nietos fueron a la casa donde ella vivía con el fin de efectuar la limpieza y preparación de los bienes para una subasta que se disponían a realizar.
Mientras revisaban cajas en el sótano, se encontraron con algunas llenas de monedas de centavo muy antiguas. Ella no coleccionaba monedas, sino que vivió en la época cuando esas monedas estaban en circulación, y como se usaban bastante había guardado algunas.
Muchas de las monedas estaban en buen estado, pero otras en cambio estaban tan gastadas que apenas se lograban ver las caras. Al dorso, todas decían “un centavo”. Hoy un centavo no vale casi nada y muchos los consideran inservibles, no obstante, en aquella época podrías haber comprado un periódico. Incluso, hoy los coleccionistas las valoran mucho, aunque estén desgastadas.
Puede ser que te sientas viejo, gastado o fuera de circulación, pero para Dios eres valioso. El Creador del universo te ama, no por tu saber, tu cuerpo, tu vestimenta, tus logros o tu personalidad, ¡sino porque eres su hijo si has aceptado a Jesús como tu Señor y Salvador! El Señor recorrería cualquier distancia y pagaría lo que fuera necesario para que seas suyo (1 Corintios 6:20).
En realidad, eso fue lo que hizo: descendió del cielo a la Tierra y te compró con su propia sangre (Romanos 5:6, 8-9). Tal es la medida de su amor por ti.
- Eres sumamente valioso ante sus ojos y te ama sin medida, tanto que dio su vida por ti.
- Señor, al pensar en tu amor por mí, me asombra que puedas amar a alguien como yo. Por eso, te alabo hoy y lo haré siempre.
HG/MD
“Pues han sido comprados por precio. Por tanto, glorifiquen a Dios en su cuerpo” (1 Corintios 6:20).
💰 Aunque el mundo no lo vea, para Dios tu valor es incalculable.
📖 “Porque Dios los ha comprado por un precio. Así que, con su cuerpo, honren a Dios.” (1 Corintios 6:20)