Lecturas: Mateo 27:51; Marcos 15:38; Lucas 23:45

La función física del velo era dividir el lugar santo del lugar santísimo (Éx. 26:33), que era el lugar donde se encontraba el arca del pacto, con el fin de resguardarla.

La función simbólica del velo era hacer una clara separación entre el hombre pecador y el Dios Santo, el ser humano no tenía la libertad de entrar a la presencia de Dios en el Templo, estaba restringido al Sumo Sacerdote quien una vez al año, en el día de la expiación, entraba para realizar el sacrificio ceremonial por los pecados no reconocidos.

Eran las tres de la tarde, la hora del sacrificio vespertino. Imaginemos la sorpresa de los sacerdotes que se encontraban en ese momento atendiendo sus oficios al ver que el velo se rasgaba de arriba hacia abajo, nuevamente un simbolismo poderoso que nos ilustra que no había sido hecho por hombre alguno, era Dios mismo el que lo había rasgado en dos. Por primera vez en muchos años, ojos de sacerdotes que no eran sumos sacerdotes, podían observar el arca del pacto, el lugar donde moraba la presencia de nuestro Señor.

Este acto estaba ocurriendo a una distancia considerable de donde habían llevado a nuestro Señor para ser crucificado, más ambos eventos estaban estrechamente relacionados. Con el sacrificio y muerte de Jesús, esta restricción y requisito ceremonial fueron demolidos; por fin el precio por el pecado había sido pagado, el camino estaba abierto gracias a nuestro amado Señor Jesús.

  1. Gracias Señor porque por medio de tu sacrificio tenemos acceso a Dios sin limitaciones (Heb.10:19).
  1. No desaprovechemos el privilegio que tenemos, acepta su perdón, habla con Dios cada día y medita en las maravillas de su Palabra.

MD/HG

Jesús: Las maravillas que trajo consigo Su sacrificio.  “La cortina del santuario del templo se rasgó en dos, de arriba abajo” Marcos 15:38

Este devocional forma parte del estudio anual cronológico de la vida de Jesús: La Vida de Jesús, el cual llega a ustedes en alianza con Sonlife Classic.