Lectura: Juan 4:4-10

 

La fama de Jesús iba creciendo debido a todas las señales que hacía en Jerusalén y por las personas que habían sido bautizadas por sus discípulos en Judea.  Toda la región de Judea era un hervidero de noticias acerca de Jesús.  Cuando Jesús escucha que Juan el Bautista está en la cárcel y se entera que los fariseos se han dado cuenta del rápido crecimiento del movimiento, deja Judea y se marcha a Galilea dirigido por el Espíritu Santo.

 

Juan 4:4 nos dice que Samaria fue la próxima parada de Jesús.  Cuando llega a Samaria se detiene a descansar en el “pozo de Jacob”, lugar famoso en el Antiguo Testamento.  Josué 24:32 nos dice: “Los restos de José, que los israelitas habían traído de Egipto, fueron sepultados en Siquén, en un terreno que Jacob había comprado por cien monedas de plata a los hijos de Jamor, padre de Siquén. El terreno después llegó a ser propiedad de los descendientes de José.

 

Jesús se detiene en este sitio importante e histórico y envía a sus seguidores a comprar pan al pueblo de Sicar, como a una milla (2 km) de distancia.  Es la hora sexta, o mediodía, y Jesús se siente agotado y sediento.  Mientras Jesús estaba sentado al lado del pozo, este tipo de pozos en promedio tienen una profundidad cercana a los 30 metros, una mujer se acerca para sacar agua.  Jesús le dice: “Dame un poco de agua.

 

Ella inmediatamente nota que Jesús es judío y no samaritano.  Quizá la ropa que Jesús andaba lo delató, o sus rasgos faciales, o quizá su acento galileo.  Esta mujer queda asombrada que Jesús le pidiera agua.   En los tiempos de Jesús los samaritanos y los judíos no querían relacionarse entre sí.  Además de esto, no era apropiado que un hombre soltero hablara con una mujer a solas.  Jesús le responde a la sorprendida mujer: “si supieras lo que Dios puede dar, y conocieras al que te está pidiendo agua, tú le habrías pedido a él, y él te habría dado agua que da vida.

 

  1. Jesús es el regalo de Dios para las personas; para judíos y para gentiles, para hombres y para mujeres, para niños, jóvenes y adultos.

 

  1. Jesús es el que da el regalo de la vida, piensa lo sorprendente y lo relevante de esta revelación que sigue siendo cierta ayer, hoy y mañana.

 

SL/ME

 

Jesús: el regalo de Dios.  “Si supieras lo que Dios puede dar, y conocieras al que te está pidiendo agua —contestó Jesús—, tú le habrías pedido a él, y él te habría dado agua que da vida.” –Juan 4:10.

 

Este devocional forma parte del estudio anual cronológico de la vida de Jesús: La Vida de Jesús, el cual llega a ustedes en alianza con Sonlife Classic.