Lectura: Colosenses 1:15-20
Un día me encontré con uno de los jóvenes de la iglesia mientras caminaba por una de las calles de la ciudad, él llevaba una camiseta deportiva del equipo de su preferencia por encima de otra camiseta, pues era un día frío.
Al verlo lo saludé y en primer lugar noté que había colocado algo sobre la camiseta deportiva, una cadena con un dije que decía “Jesús”. Su acción sencilla ilustró una verdad más profunda: el Señor merece el primer lugar sobre todo lo demás en nuestra vida.
Por supuesto, Jesús está por encima de todas las cosas. “Él antecede a todas las cosas, y en él todas las cosas subsisten” (Colosenses 1:17). Es soberano sobre toda creación (Colosenses 1:15-16), la cabeza del cuerpo que es la iglesia (Colosenses 1:18), y debe tener el primer lugar siempre.
Al brindarle el lugar de honor a Jesús en cada área de nuestra vida, esta verdad se hace visible para quienes nos rodean. En el trabajo, ¿nos esforzamos para agradar a Dios o a nuestro jefe? (Colosenses 3:23). ¿Cómo mostramos a Dios en nuestra manera de tratar a los demás? (Colosenses 3:12-14).
Si Jesús es nuestra mayor influencia en la vida, tendrá el lugar correcto en nuestro corazón.
- Señor, mereces lo mejor de nuestro tiempo, energía y afecto. ¿Cómo puedo ponerte en primer lugar hoy?
- ¿Ponemos a Jesús en primer lugar mientras vivimos y disfrutamos de nuestros pasatiempos favoritos?
HG/MD
“Él antecede a todas las cosas, y en él todas las cosas subsisten” (Colosenses 1:17).





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