Lectura: Filipenses 1:12-21

Los creyentes que pasan por el oscuro túnel de la depresión tienden a centrarse en sus pecados, debilidades y fracasos que hasta pueden desear la muerte.  Sin embargo, Dios puede utilizar esos momentos para que esas personas conozcan mejor Su inagotable gracia.

En 1964, Alan Redpath, antiguo pastor de la Iglesia Moody de Chicago, se hundió en las profundidades del desaliento después de sufrir un derrame cerebral casi mortal. Posteriormente escribió he tenido pensamientos terriblemente malvados.  “¡Oh Señor, – pedía en oración – llévame ahora mismo!”   Fue entonces que sintió que el Señor le decía: “Soy yo, tu Salvador, quien he permitido esta experiencia en tu vida para mostrarte (que) esa es la clase de persona que serás siempre, de no ser por mi gracia”.

La experiencia de este sirvo de Dios, me recuerda al profeta Elías.  Él también quería morir y clamó: “¡Señor, quítame la vida!” (1 Rey.19:4).  Aunque Dios había usado poderosamente a Elías, era necesario que le recordase Su gracia alentadora.  La depresión, que en el caso de Elías fue causada por agotamiento físico y emocional, se convirtió en el espejo de la verdad de Dios para permitirle ver de nuevo la maravillosa luz de Su gracia.  Esa luz siempre está presente, aun en la noche más oscura.

  1. La luz de la gracia de Dios es más resplandeciente en medio de la oscuridad del pecado o de los problemas de la vida.
  2. Confía en Dios, Él está en control.

NPD/MRD