Lectura: Efesios 2:4-7
Muchos recordamos el milagro que sucedió en el año 2009 en el río Hudson, Nueva York, y que fue llevado a Hollywood tiempo después, cuando un avión de pasajeros realizó un aterrizaje de emergencia en el río, sin que nadie muriera.
Semanas más tarde, en una entrevista le preguntaron al excapitán Chesley Sullenberger, cuáles hechos creía que lo habían preparado para ese momento de vida o muerte, a lo que él respondió: “Una manera de verlo podría ser que, durante 42 años, con regularidad he estado haciendo pequeños depósitos en este banco de experiencia, aprendizaje y capacitación. Y ese día, el saldo era tal que pude hacer una extracción importante”.
Todos en algún momento pasaremos por momentos de crisis. Quizás no sea como el acontecido al excapitán, pero sin lugar a duda algunos que impactan son, por ejemplo: la pérdida del trabajo, el mal resultado de un examen médico o la pérdida de un familiar o amigo querido. En esos instantes es cuando debemos recurrir a lo profundo de las reservas de nuestra cuenta bancaria espiritual.
Pero ¿qué beneficios podemos encontrar allí? Podemos disfrutar de una profunda comunión con Dios, hacer “depósitos” de fe permanentes, experimentar su gracia (2 Corintios 8:9; Efesios 2:4-7) y tener certeza de la promesa bíblica de que el Señor es fiel y justo (2 Tesalonicenses 3:3).
- El amor y la gracia de Dios siempre están disponibles cuando sus hijos necesitan hacer un retiro del banco de la fe (Salmo 9:10; Hebreos 4:16).
- Señor, gracias por estar atento a mis necesidades diarias.
HG/MD
“Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro” (Hebreos 4:16).
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