Lectura: Hechos 17:10-15

Un escéptico es alguien que tiene dudas con respecto a una cosa o situación.  No obstante, si una persona está buscando la verdad con honestidad, esas dudas pueden ser el primer paso para el encuentro con la verdad.

En nuestra lectura devocional, nos encontramos al apóstol Pablo en la ciudad de Berea, realizando una comparación con los judíos de Tesalónica con la cual reconoce que los de Berea eran: “…más nobles que los de Tesalónica, pues recibieron la palabra ávidamente, escudriñando cada día las Escrituras para verificar si estas cosas eran así.”  (Hechos 17:11) Durante toda su vida, los judíos habían sido enseñados sobre seguir las enseñanzas del Antiguo Testamento para su pueblo, y a pesar de esto cuando oyeron la nueva revelación que había sido dada a Pablo (Efesios 3:1-13), ellos estudiaron y entendieron que las nuevas enseñanzas reveladas a Pablo eran que las de ahora en adelante tenían que seguir.

Dudar no es malo, ya vimos que los Bereanos dudaron y sobre todo estudiaron con diligencia lo que recientemente estaban oyendo de Pablo.  Este ejemplo también nos debe servir a nosotros, sobre todo cuando nos enfrentamos a esas dudas que pueden pesar sobre nuestros corazones; si esto sucede, pide a Dios sabiduría para entender que en ocasiones necesitas estudiar más, en otras, tan sólo debes esperar que Dios actúe de acuerdo con Su plan perfecto, y en algunas debes aceptar que no tendrás las respuestas a tus preguntas.  Además de esto es importante poner a prueba, a la luz de las escrituras, las afirmaciones que otros hacen con respecto a la Biblia.

1. Debes reconocer y confiar en que Dios tiene un plan para nosotros y es perfecto.

2. Las preguntas honestas pueden llevarte a repuestas que edifiquen tu fe, Él acepta a los escépticos honestos.

HG/MD

“Pero persiste tú en lo que has aprendido y te has persuadido, sabiendo de quiénes lo has aprendido” (2 Timoteo 3:14)