Lectura: Romanos 10:1-17

Se estima que una persona promedio camina alrededor de 3.750 pasos al día, lo que equivale a aproximadamente 2.5 kilómetros. En un año, esto suma alrededor de 1.368.750 pasos, equivalente a unos 912 kilómetros. 

Si consideramos una esperanza de vida promedio de 80 años, una persona podría caminar más de 72.960 kilómetros en toda su vida. Esta distancia asombrosa es más de 1.8 veces la circunferencia de la Tierra.

¡Eso es una caminata basta extensa! No obstante, ¿a dónde nos están llevando nuestros pies, y por qué?

En Romanos 10, el apóstol Pablo escribió sobre los pies de los que llevan el evangelio dondequiera que vayan (v.15).  Dijo que a menos de cada uno de nosotros se disponga a salir y al hacer esto les diga a otros acerca de Jesús, nadie va a escuchar, por lo tanto, que no serán salvos.

Con esto en mente, podemos caminar con una causa, no para descubrirnos a nosotros mismos, sino para ayudar a otros a descubrir a Cristo. Por esta razón, Dios alista nuestros pies, incluso los considera como algo ¡precioso!

Pero ¿qué pasa con la gente como Joni Eareckson Tada quien no puede caminar? Ella testifica: “He aprendido que se puede estar en una silla de ruedas y ¡aun así caminar con Jesús!” Sí, todos los creyentes pueden vivir para Jesús donde quiera que vayan. Nuestras vidas pueden ser un testimonio brillante de la potencia y de la verdad del evangelio.

  1. ¿Dónde estarán tus pies hoy? ¿Cómo vas a esparcir las buenas nuevas acerca de Cristo?
  2. Amar a los perdidos es el primer paso, que los puede llevar a Cristo.

HG/MD

“¿Y cómo predicarán sin que sean enviados? Como está escrito: ¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian el evangelio de las cosas buenas!” (Romanos 10:15).