Lectura: Lucas 10:30-37

En la película Las cuatro plumas, Harry Faversham dejó Inglaterra alrededor de 1880 para buscar a sus amigos en el ejercito del Rey en Sudán. En su búsqueda, Harry se perdió y estuvo a punto de morir en los vastos desiertos del África. Entonces, mientras se consumia poco a poco, fue rescatado por un africano, Abou Fatma, quien cuido de el.

Atónito por la amabilidad del hombre hacia un extraño, Harry le preguntó a su nuevo amigo por que habia hecho tanto por él. La respuesta de Fatma fue directa: “¡Dios te puso en mi camino!”

En la parábola del Buen Samaritano, un sacerdote y un erudito religioso, cuyo llamado era de ayudar a los oprimidos, ignoraron la necesidad de un viajero caido a quien habian dejado para que muriera en el camino a Jericó. Sin embargo, un odiado samaritano dio de su tiempo y sus recursos para ayudar al hombre herido, manifestando la compasión de Cristo. Vendo sus heridas, lo llevó a una posada, “y lo cuidó” (Lucas 10:34). El hombre despojado habia sido puesto en el camino de los tres viajeros, pero sólo el samaritano respondió.

Al avanzar por la vida, se nos desafía a responder a las necesidades de las personas. O les mostraremos el amor de Cristo o seremos indiferentes.

1.¿Cómo les responderemos a aquellos a quienes Dios elige poner en nuestro camino?

2. ¿Estás dispuesto invertir tu tiempo y dinero si fuera necesario, con el fin de mostrarle a otros a Cristo?

NPD/WEC