Lectura: Job 35 – 37.
Cuando pensamos en deducción pensamos en los célebres personajes de Sir Arthur Conan Doyle, Sherlock Holmes y el Dr. Watson. Los dos tienen una gran capacidad para la observación y la deducción, pero el trabajo de Holmes es más fiable. Al contrario que Watson, Sherlock Holmes es una persona desconfiada que solamente se fía de Watson y de él mismo. Watson resulta más simpático porque es una persona más sociable que Sherlock Holmes. Aunque Holmes es más digno de admiración por su capacidad para resolver las situaciones. Ambos realizan muchas deducciones en ocasiones equivocadas, pero juntos logran resolver los hasta los más difíciles casos. A la hora de hacer deducciones hay que estar abierto a los hechos y confrontarlos con la realidad y llevarlos al escrutinio de nuestras ideas por parte de otros y porque no cambiar nuestras conclusiones.
Parece que Eliú tiene un deseo sincero de justificar y glorificar a Dios porque cree que Job está deshonrando a Dios con sus protestas de inocencia.
1. Eliú ya había citado a Job tres veces y ahora los hace dos veces más. ¿Qué es lo que él afirma que Job dijo? ¿Crees que esto es lo que Job quería decir? ¿Cómo crees que Eliú escuchó esto?
2. Cuando partimos de una deducción equivocada, nuestra lógica falla. ¿Cuál fue la deducción de Eliú en cuanto a la integridad de Job? ¿Y cuál fue su conclusión? Debemos tener presente que nadie sabía lo que había acontecido entre Satanás y Dios.
3. ¿Cuáles verdades dice Eliú acerca de Dios?
4. ¿Cómo piensas que Job se siente hasta este momento con su «equipo de consejeros»? Un famoso refrán dice: “Todo hombre quiere ser escuchado, comprendido y aceptado”. ¿Cómo evaluarías a los consejeros de Job a la luz de este refrán?