Lectura: Colosenses 3:1-17

Una vez estaba hablando con una persona que me contó algunos de sus puntos de vista con respecto a su relación con Dios, para él era suficiente ir de vez en cuando a la iglesia y así conseguía tranquilizar su conciencia.  

Aunque no muchos relegamos nuestra fe a un “de vez en cuando”, también es verdad que todos podemos caer en el error de practicar un cristianismo de medio tiempo, acordándonos de Dios tan sólo los domingos por un par de horas, mientras que el resto de la semana es para nosotros. Cuando tomamos ese tipo de decisiones no somos coherentes con nuestra fe (Hebreos 11:6).

Cuando decidimos pecar o descuidamos nuestra relación con Dios, o cuando nos amoldamos a cierta parte de la sociedad que quiere que desconozcamos los principios que Dios ha dispuesto para nuestra convivencia, nos convertimos en creyentes de “medio tiempo”.

Jesús fue contundente al decirnos: “…Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día y sígame.” (Lucas 9:23).  Cuando no lo seguimos, no somos consecuentes con nuestra fe y menospreciamos Su cruel sacrificio y muerte en la cruz.

  1. ¿Por qué queremos tener el control de nuestra vida? ¿Por qué creemos que somos autosuficientes? ¿Por qué creemos que podemos vivir sin Dios, viviendo solamente para nosotros mismos?  Sino despertamos de esta ilusión, un día nos encontraremos con las consecuencias de nuestras acciones, y te lo aseguro, no serán las mejores (Romanos 3:10-20; 3:23).
  2. Seguir a Cristo es un compromiso, no tiene recesos, no estamos diciendo que todos debemos trabajar en el ministerio a tiempo completo, sino que no importa cuál sea nuestro trabajo, debemos hacerlo siempre con gozo para la gloria de Dios.

HG/MD

“Y todo lo que hagan, sea de palabra o, de hecho, háganlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él” (Colosenses 3:17).