Mártires de la Fe
¿Culpable de amar a Dios?
China: Lo Lieu
Lo Lieu era una mujer china que caminaba con mucha cautela por las calles de su ciudad natal. Pasaba todo el tiempo mirando hacia atrás para asegurarse que no la estuvieran siguiendo, ni que la reconocieran debido a los múltiples carteles con su nombre y rostro que estaban por toda la ciudad ofreciendo una fuerte recompensa por detalles que dieran como resultado su arresto.
Pero, ¿cuál era el delito de esta mujer? Cuando tenía sólo 17 años de edad, abandonó su hogar, para llegar a ser una sierva de Dios, en un país donde en ese momento era completamente prohibido la adhesión a otros modos de pensamiento contrarios al comunismo. Con el tiempo fundó una organización de compañerismo que ayuda a establecer casa-iglesias clandestinas, completamente ilegales a los ojos del gobierno. Su trabajo para el Señor la ponía en contacto con muchas organizaciones en el extranjero que contrabandeaban Biblias en toda China.
Luego de 10 años de ministerio en la clandestinidad, la policía la arrestó. Lieu fue sometida a un terrible interrogatorio. Una vez fue tanto el maltrato físico a la fue sometida que cayó en coma durante varias horas. Aun así se negó a brindarles a las autoridades la información sobre los creyentes y organizaciones con las cuales trabajaba o de las actividades que desarrollaba su organización.
Meses más tarde, la pusieron en libertad sin haber revelado nada a la policía acerca de su trabajo, no obstante, aún seguía siendo vigilada muy cercanamente. Pocos años más tarde la arrestaron junto con otros cinco y confiscaron todas sus pertenencias. Esta vez la sentenciaron a tres años en un campo de trabajo forzado.
Después de cumplir con su sentencia, la pusieron en libertad, pero con vigilancia sobre sus actividades. A pesar de las muchas amenazas de arresto a la se vio sometida. Lieu continua su labor compartiendo el crimen de amar a Jesús y a la vez expresándoles el amor de Cristo a otros.
Pensemos un momento en esto: Si hubiera una orden de arresto en contra de todos los cristianos comprometidos ¿Quién lo delataría a usted a la policía? ¿Su espíritu bondadoso y su saludo agradecido delatarían su identidad al empleado de una tienda local? ¿Pudiera ser que otros en su trabajo estuvieran en debate de denunciarlo a usted por la buena conducta que usted tiene su trabajo? ¿Batallaría su propia familia con la decisión de denunciarlo a la policía? ¿O se convencerían que su actitud y sus acciones en realidad no estaban de acuerdo con la descripción de un cristiano comprometido? ¿Los otros padres que ven la diferencia con el ustedes están educando a sus hijos? ¿Serías culpable del crimen de amor a Dios y extender Su mensaje?
Así que cada uno de nosotros tendrá que dar cuentas de sí a Dios. – Romanos 14:12
Tomado de: Devoción Extrema, la Voz de los Mártires