Lectura: Salmos 46
Un estudio titulado «Caregiving in the US» («El cuidado en los EE.UU».) estima que más que 44 millones de norteamericanos cuidan de enfermos y discapacitados sin recibir paga, y una mayoría de ellos actualmente trabaja o ha trabajado mientras ha estado brindando cuidado. El estudio también encontró que las personas que cuidaban de otros citaban con la mayor frecuencia a Dios, la familia, y los amigos como fuentes de fortaleza.
Tres cuartas partes de los que respondieron a la encuesta dijeron que dependían de la oración para lidiar con las demandas de brindar cuidado. “La oración es la mejor manera de encontrar refrigerio para uno mismo,” dijo una persona. “Encuentro un lugar tranquilo y oró y lloró y encontró alivio. Luego puedo regresar a la habitación en calma.”
“Dios es nuestro refugio y fortaleza,” escribió el salmista, “nuestro pronto auxilio en las tribulaciones” (Salmos 46:1).
La vivida paráfrasis de Eugene Peterson dice: “Dios es un lugar seguro donde esconderse, listo a ayudar cuando lo necesitamos.”
A través de la oración, podemos entrar en la tranquilizante presencia del Señor y encontrar fuerza para continuar. Al llevar nuestros sufrimientos y necesidades a Dios, El nos encuentra dónde estamos y nos da Su paz. El es una ayuda siempre presente que cuida de nosotros en toda situación.
El cuidado de otros es un elevado llamado y una tarea difícil. Pero hay fuerza que proviene del Señor para ayudarnos al cuidar de aquellos que nos necesitan.
1. ¿Haz tenido la responsabilidad de cuidar de otros? ¿Cómo ha sido tu experiencia? ¿Aprendiste algo en el proceso?
2. ¿Por qué crees que se te hace dificil el desprenderte de tu tiempo o dinero (por qué no decirlo), con el fin de cuidar a otros?
NPD/DCM