Lectura: Números 14:39-45
Durante la carrera por llegar al espacio exterior, el 28 de enero de 1986 sucedió una de las tragedias más grandes en la historia del ser humano, cuando el transbordador espacial Challenger despegó en medio de llamas y un ruido estrepitoso. Su vuelo duró tan sólo 73 segundos, ya que después de ello se presentó una falla en el sistema del transbordador, lo cual terminó con su destrucción y la muerte de los siete tripulantes que iban a bordo.
Luego de las investigaciones, el desastre se le atribuyó a un anillo de obturación defectuoso. Una de las conclusiones de los expertos fue que este lamentable suceso pudo haberse evitado, pero los responsables del lanzamiento cayeron en un error fatal llamado “fiebre de salida”, que es la tendencia humana de ignorar precauciones vitales en medio del apuro por alcanzar una gran meta.
Como humanos algunas veces tendemos a tomar decisiones imprudentes. No obstante, lo contrario también puede suceder cuando no tomamos decisiones por ser demasiado cautelosos.
Al igual que nosotros, los israelitas demostraron esos dos comportamientos. Cuando los doce espías regresaron de su misión de reconocimiento en la tierra prometida, diez de ellos hablaron sólo de los obstáculos que encontraron (Números 13:26-33). Después de una horrible rebelión contra el Señor que terminó en la muerte de los diez espías, de repente el pueblo contrajo la “fiebre de salida”; pero sin Dios, la invasión inoportuna fracasó rotundamente (Números 14:41-45).
Es un hecho que, cuando apartamos la mirada del Señor nos vamos hacia los extremos. Nos apuramos con impaciencia y avanzamos sin Él, o debido al temor nos acobardamos y nos quejamos. Sin embargo, concentrarnos en Dios trae una valentía moderada con la ayuda de su sabiduría.
- Ora para que Dios te guíe, esa es la primera acción que debes hacer antes de tomar decisiones.
- Ser paciente puede evitar un desastre, y no hacer nada también puede causar que algo bueno suceda.
HG/MD
“Y esta es la confianza que tenemos delante de él: que si pedimos algo conforme a su voluntad, él nos oye” (1 Juan 5:14).





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