Lectura: Colosenses 1:23-29

La siguiente es una historia de un sueño que se hizo realidad, el problema fue que esa realidad vino acompañada por acontecimientos que nunca nadie imaginó.   Vamos a llamarle Sam, al protagonista de nuestra historia, quien venía de una familia como cualquiera, de clase media baja y con un sueño en su mente desde que era niño: triunfar en alguna actividad.

Al terminar sus estudios secundarios se incorporó al mundo de los medios digitales, tomó clases universitarias, cursos y videos de clases gratuitos que encontraba por aquí y por allá.  Cinco años después Sam había creado una pequeña empresa de desarrollo de aplicaciones que le dejaba muy buenas ganancias, le había permitido comprar un auto, una casa, había encontrado esposa y estaba esperando a su primer hijo. Vivía como un buen hombre, incluso frecuentemente visitaba una iglesia local.

Sam había logrado su sueño; no obstante, de repente todo se convirtió en una pesadilla. Había ganado muchísimo dinero, pero a un precio terriblemente alto para su mente y cuerpo. Semanas de trabajo de 80 horas, junto con apretadas agendas en la casa, sumaron muchas horas acumuladas en las que pasaba despierto, lo cual surtió su efecto.

Sam reconoció lo siguiente: “Entonces, un día, cual relámpago, tuve un ataque cardiaco”.  Luego de esto caí en una depresión que casi me lleva al suicidio.”  

Durante varios meses, este hombre había vivido en un estado torturador de agotamiento mental, físico y espiritual. Tuvo que enfrentar la dura realidad de que su frenético esfuerzo por lograr el “éxito”, lo había llevado a una vida desequilibrada y descontrolada.

Pasado algún tiempo, Sam logró encontrar el equilibrio en su vida.  Había descubierto un nuevo enfoque, el verdadero que ofrece Jesús.

Sino quieres padecer lo que sufrió Sam, entonces:

  • Comienza cada día con el Señor, leyendo la Palabra de Dios, cantando, orando y ponderando tus metas para las próximas 24 horas.
  • Desarrolla hábitos saludables.
  • Trabaja menos horas y pasa más tiempo con tus seres queridos y ayudando a los demás.
  1. Examina tu vida y tus metas; si no hay equilibrio, tu relación con Dios y con quienes te rodean corre peligro.  
  2. ¿Qué cambios puedes empezar a hacer hoy para poder vivir una vida saludable y fructífera en Cristo?

HG/MD

Por esto mismo yo trabajo, esforzándome según su potencia que obra poderosamente en mí.” (Colosenses 1:29).